Después de una serie de controversias, Marcos las termina con una escena llena de dramatismo:
3,1: Entró de nuevo en la
sinagoga, y había allí un hombre que tenía la mano paralizada. 2
Estaban al acecho a ver si le curaba en sábado para poder acusarlo.
Jesús se encuentra de nuevo en la sinagoga. Es
shabbat. Los discípulos no son mencionados. Sólo aparece él con el
enfermo. Los demás (escribas y fariseos) son enemigos. Se siente una
diferencia total de actitudes en relación al primer shabbat en Cafarnaúm,
cuando Jesús fue causa de admiración para todos (1,21-28).
Los
adversarios permanecen en silencio, pero están al acecho. Se diría que desean, más aún esperan, que Jesús cure al
enfermo a fin de poder acusarlo. En su interior ya han tomado
la decisión contra Jesús, sólo esperan tener una prueba para actuar.
Lucas hace notar que Jesús penetra sus pensamientos. Se
va a entablar el debate. Jesús toma la iniciativa.
En Mateo son
los contrarios quienes provocan la intervención de
Jesús (Mt 12,10).
3
Dice al hombre que tenía la mano seca: "¡Levántate ahí en medio!"
Luego interroga a su adversarios acerca de un pricipio moral:
4 Les dice: "¿Es lícito en sábado hacer el
bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla? Pero ellos callaban.
La
pregunta de Jesús, en toda su intencionalidad, supera el caso del enfermo, y no se
refiere tanto a la curación de la mano seca, cuanto a las intenciones secretas
que están maquinando sus enemigos. Es shahbat.
Pues bien, ¿qué es lo que es lícito hacer: el bien o el mal? Jesús
quire hacer el bien, sanando la mano paralizada; en cambio, ellos quieren hacer el mal, intentando destruir la vida de Jesús. ¿Qué será,
pues, lo lícito?
El
v. 5 es el climax de la escena:
5 Entonces, mirándoles con ira, apenado por la
dureza de su corazón, dice al hombre: "¡Extiende la mano!" El la extendió y quedó restablecida su
mano.
El evangelista descubre dos sentimientos en Jesús
de Nazaret:
1°
"Mirándolos al derredor con
ira". Es la indignación
legítima ante el mal y ante la perversidad del corazón. Este sentimiento de
ninguna manera va contra la misericordia, la permanece siempre ofrecida.
2º "Contristado por la dureza de su
corazón". Jesús ha venido
a salvar al hombre, y he aquí que éste no sólo no abre su corazón al
arrepentimiento y a la conversión, sino que lo cierra y se endurece. El pecado es la
elección libre de algo contra la voluntad de Dios; pero el endurecimiento
voluntario del corazón es todavía un pecado mayor.
Entonces Jesús actúa sobre el enfermo con una
sola palabra de imperio: "¡Extiende
la mano!" Y aquella mano
árida y seca al instante quedó restablecida.
Desenlace de la
escena:
6
En cuanto salieron los fariseos, se
confabularon con los herodianos contra él para ver cómo eliminarle.
De
la alternativa propuesta por Jesús, los escribas y fariseos escogieron
"hacer el mal", eliminando a Jesús. Para lograr mejor su intento, los
enemigos se entrevistaron con los herodianos, judíos políticos al servicio del
rey Herodes Antipas, tetrarca de Galilea, de quien dependía en definitiva
condenar a Jesús.
Reflexiones a propósito de este relato:
1. La manera como Jesús argumenta va de acuerdo con
los métodos rabínicos de interprctación de la Ley. A una posible interpretación
para actuar (halakáh), rígida y estrecha: "no curar en sábado sino de una
enfermedad mortal", Jesús opone otra interpretación (halakáh) más amplia e
igualmente válida: "curar en sábado de cualquier enfermedad, en vista del
bien del prójimo necesitado". Y Jesús
actúa conforme a esta segunda interpretación.
2. El relato como lo leemos en Marcos refleja posiblemente
la posición de un ambiente judío-cristiano, que cuestionaba la legitimidad o
necesidad de curar en sábado de una enfermedad que no era grave; otra manera de
pensar tenían las comunidades gentil-cristianas, que actuaban con un criterio más amplio y abierto.
3. El relato está construido a base de tres grandes
oposiciones, que el texto subraya: lo lícito y lo prohibido, el bien y el mal,
salvar la vida o dar muerte.
ACTUALIZACION
Señor Jesús:
¡Mírame! Soy un inválido.
Estoy corporal y espiritualmene atrofiado.
Llámame y me colocaré delante de ti.
Sana
mi cuerpo y salva mi vida.
Restabléceme en mi integridad total.
Gracias, Señor.