Este milagro, relatado en forma sencilla y rápida, brinda a Jesús la
oportunidad para exponer la razón última y definitiva de su actividad
liberadora, en virtud de la cual rescata al hombre del poder y del imperio del
demonio.
Lo que está en juego es una lucha
implacable y un duelo a muerte. Jesús ha venido a establecer en el mundo "el Reino de Dios". Pues bien, como consecuencia lógica, el
reinado de Satanás será desplazado.
Los personajes que entran en escena son: Jesús, el
ciego-mudo, la gente del pueblo y un grupo de fariseos.
12,22 Entonces le fue presentado un
endemoniado ciego y mudo. Y le curó, de suerte que el mudo hablaba y veía.
" Y toda, la gente atónita decía: "¿No será éste el Hijo de
David?" 24 Pero los fariseos, al oírlo, dijeron: "Este no
expulsa los demonios más que por Beelzebul, príncipe de los demonios".
Un caso más en que la enfermedad, ceguera
y mutismo, es presentada no simplemente como un padecimiento físico, sino
como efecto de una influencia
maléfica del demonio.
Lucas emplea la frase: "un demonio que era mudo". Los evangelistas cuentan sencillamente
que Jesús curó al poseso-enfermo, y recuperó su
habla y su vista.
Pero dos reacciones contrapuestas se produjeron en el auditorio. La
gente sencilla, los pobres de espíritu, llenos de estupor ante lo insólito del
caso y percibiendo algo de sobrehumano, se preguntan: "¿No será éste el Hijo de David, es decir, el Mesías esperado?" "ElHijo de David" era un título popular dado al Mesías, que aparece con frecuencia en el
Evangelio, y viene del Salmo 89,4-5.21-222 (cf Mt 9,27; 15,22;
20,30-31; 21,9.15).
Por el contrario, los fariseos decían: Es
en virtud de Beelzebul, príncipe de los demonios, como éste expulsa los
demonios. "Beelzebul"es el nombre de un dios cananeo,
cuyo significado es "Baal el príncipe"; de allí el derivado
"Príncipe de los demonios". En algunas versiones se lee "Beelzebub",
como se encuentra en 2R 1,2. Mediante un cambio de consonantes y con un juego
burlesco de palabras, de Zebul se pasó a Zebub (que significa
"mosca"), de donde se deriva el título despectivo "Baal de las
moscas".
Hay, pues, una irreductible contraposición en las apreciaciones: o
bien Jesús obra en virtud de una fuerza superior, venida de Dios; o bien es
instrumento de Satanás. El problema se había tornado verdaderamente serio.
25
El, conociendo sus pensamientos, les dijo: "Todo reino dividido contra sí
mismo queda asolado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma no podrá
subsistir. 26 Si Satanás expulsa a Satanás, contra sí mismo está
dividido: ¿cómo, pues, va a subsistir su reino? 27 Y si yo expulso
los demonios por Beelzebul, ¿por quién los expulsan vuestros hijos? Por eso,
ellos serán vuestros jueces. 28 Pero si por el Espíritu de Dios
expulso yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios.
Jesús penetra los pensamientos y el
corazón de sus adversarios. Allí hay un milagro de orden intelectual. Viene
luego una cerrada argumentación de tres breves argumentos, con los que Jesús
esclarece y define su propia actividad liberadora.
Io Un argumento de principio.
Un reino, una ciudad o una casa (edificio, clan o familia) que sufre
divisiones internas, necesariamente perecerá. Pues bien, si Satanás luchara
contra sí mismo, estaría ya perdido. Por tanto, cuando Jesús expulsa a Satanás
no puede ser en virtud del mismo Satanás.
2a Un argumento "ad hominem".
Los discípulos de los fariseos practicaban exorcismos sobre los
enfermos. Pues bien, ¡que digan ellos en virtud de quién arrojan fuera los
demonios: o en nombre de Dios, o en virtud de Beelzebul! Verán que sus mismos
seguidores están de parte de Jesús.
8a El argumento decisivo
"ex contrario".
Aquí está la razón y la explicación
última de la actividad cariismática-liberadora de Jesús: "Si por el Espíritu de Dios expulso
yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios ". Sí, Jesús arroja los demonios; y
esa actividad la ejerce con una fuerza suprema y un sumo poder. Esa Fuerza y
ese Poder es el Espíritu de Dios, presente y actuante en él. Además y en
consecuencia: al echar fuera los demonios, Jesús está destruyendo el reinado de
Satanás e implantando el Reino de Dios. El Reino de Dios, que era presentado
próximo en Mt 4,17, es aquí ahora una realidad ya presente.
Ese reinado divino que Jesús está estableciendo en el mundo es un
reinado único, pero en el que entran Dios, Jesús y el Espíritu Santo. Es el
reinado de Dios-Padre, establecido por Jesús-Mesías, en el poder del Espíritu
Santo.
Lucas presenta una variante al final de este pasaje: "Pero si por el dedo de Dios expulso
yo los demonios, es que ha llegado a vosotros el Reino de Dios" (Lc 11,20).
El punto central del pasaje es, pues, la
revelación de la venida del reino de Dios, que ha hecho irrupción en la
persona de Jesús y en su misión, y la consiguiente derrota del imperio de
Satanás.
ACTUALIZACION
Jesús, Hijo de David: Libéranos de las asechanzas u opresiones del Enemigo. Abrenos los ojos y suelta
nuestra lengua. Establece en nosotros el Reino de los Cielos en el poder del
Espíritu Santo, con que has sido ungido. Amén.