Después de la
explicación de la parábola del sembrador, Marcos y Lucas proponen la pequeña
parábola de "La lámpara".
En Marcos y Lucas consta de dos breves dichos.-Mateo mantiene en su Evangelio
estas dos unidades, pero las ha colocado separadas en sitios diferentes: 5,15;
10,26.-Lucas repetirá los dos logia en otros contextos: 11,33; 12,2.
MARCOS
Marcos
presenta una concatenación en sus parábolas mediante la fórmula "y decían": 4,2.21.24.26.30.
Pues bien,
esto nos sirve como punto de partida para investigar el sentido que la parábola
de la lámpara tiene en el sitio donde Marcos la ha consignado. El escribe:
"¿Acaso VIENE LA LAMPARA para que sea
puesta debajo del celemín o debajo de la cama? ¿No acaso para que sea puesta
sobre el candelero?"
A primera
vista, el verbo "viene",
dicho de una lámpara, parece extraño; por eso algunos han pensado que se trata
de una mala traducción cuyo original sería: "Acaso se trae una
lámpara..."
Sin embargo,
es posible que la forma "viene"
sea original, y Marcos la ha querido mantener expresamente. Si esto es exacto,
para el Evangelista "La Lámpara"
(con artículo determinado) es la predicación del Reino de Dios, o más aún, la lámpara es Jesús mismo que viene con
la misión de revelar el misterio de ese Reino, iluminando así al mundo.
Siendo así,
Jesús no ha venido para vivir oculto sino para ser puesto en alto e iluminar a
los hombres, a la manera de una lámpara que se coloca sobre el candelero para
alumbrar.
En este
contexto e! v. 22 se une estrechamente al logion anterior mediante la partícula
"porque", y prolonga la misma idea.
"porque nada hay oculto sino para que
sea manifestado, ni ha sucedido algo escondido sino para que venga a ser
descubierto ".
Este logion
admite que algo ha sucedido secretamente, en oculto, pero ello no ha sido sino
para que, a su tiempo, sea manifestado. Una sucesión de cuatro "para que" enfatizan la idea
de finalidad.
Esta palabra
podría referirse a la vida oculta de Jesús y con él a la espera de la
revelación de! Reino que se le había encomendado, pero -en vista del contexto-
esta palabra se orienta más bien hacia el porvenir; y en este caso, Jesús y su proclamación del Reino de Dios
parecen ahora como algo humilde y oculto, pequeño y escondido, sin embargo sólo
es así para que más tarde brille con mayor esplendor su manifestación a plena
luz.
El v. 23: "¡Si alguno tiene oídos, que oiga bien!"
es una insistente invitación a escudriñar el sentido profundo de la parábola.
En Marcos,
pues, la parábola de la lámpara es una
parábola cristológica con tintes escatológicos, esto es, con proyección
hacia el porvenir.
No es por
demás recordar aquella otra palabra, conservada en la tradición de Juan, en la
que Jesús decía:
"Yo soy la Luz del mundo:
el que me sigue no camina en la oscuridad,
sino que tendrá la luz de la vida": Jn
8,12.
MATEO
Mateo ha
colocado la primera parte de la parábola dentro del Sermón de la Montaña: 5,15. Con esto, el logion ha
sufrido una transposición y el centro de atención se ha desplazado. Ahora, la
lámpara encendida, que no se coloca bajo el celemín sino sobre el candelero
para que pueda iluminar a todos los hombres que viven en casa, son los discípulos de Jesús. Ellos son
"la luz del mundo" y deben hacer brillar su luz ante los hombres
para que vean sus obras y glorifiquen al Padre que está en los cielos.
La segunda
parte de la parábola se encuentra en el Discurso Apostólico: 10,26; y allí lo
oscuro y escondido es la enseñanza que Jesús ha dado a sus discípulos en la
intimidad, para que ellos a su vez la proclamen sin temor por todas partes a
donde vayan como misioneros.
LUCAS
En Lucas, las
dos partes de la parábola de Marcos permanecen unidas. En esto, Lucas respeta
su fuente. Pero, quiere corregir la impropiedad de lenguaje, y lima la frase
para que corra armoniosa, y lo logra:
"Nadie que ha prendido una lámpara la
oculta bajo un recipiente o la coloca debajo de la cama, sino que la pone sobre
el candelero para que los que entren vean la luz": 8,16.
Pero con estos
retoques, el logion cambió su dirección fundamental: dejó de ser cristológico
(Mc) o apostólico (Mt), y se ha transformado en un dicho de sabiduría. En
efecto, sería ridículo encender una lámpara para ocultarla; ¡no! si se enciende
es para que ilumine a los de casa, o para que se vea su luz.
La última
frase del texto de Lucas nos descubre que el autor piensa en su mundo griego,
pues para entrar al interior de una casa helenística se debía pasar primero por
un corredor, y una luz iluminaba el camino a los que entraban en ella.
Modificado el
sentido de la primera parte de la parábola, la segunda se convierte también en
una máxima de sentid moral:
"pues, nada hay oculto que no quede
manifiesto, ni escondido que no sea conocido y venga a ser descubierto":
8,17.
Hemos dicho
que Lucas repite los dos logia de la parábola en contextos diferentes.
Pues bien, "el dicho de la lámpara" en
11,33 tiene u aplicación "moral individual", que Lucas ha sabido
utilizar con arte exquisito:
"Nadie, cuando enciende una lámpara, la
pone en sitio oculto, sino sobre el candelero, para que lo que entren vean la luz.
La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará
luminoso; pero si está malo, también tu cuerpo estará a oscuras. Mira, pues,
que la luz que hay en ti no se torne oscuridad..."
"El dicho
de lo oculto" en 12,2, lo aplica Lucas a la hipocresía de los Fariseos:
"Guardaos de la levadura de los
Fariseos que es la hipocresía. Nada hay encubierto que no haya de descubrirse,
ni oculto que no haya de saberse... "
REFLEXIÓN CRÍTICA Y
TEOLÓGICA
1. "Historia de las Formas" e
"Historia de la Redacción".
La "Historia de las Formas "
estudia la historia de las formas literarias.
Parte de la
última redacción de nuestros textos canónicos v se remonta hasta encontrar, de
ser posible, el primitivo Sitz im Leben 'situación en la vida' de cada pieza
evangélica.
La "Historia de la Redacción",
en cambio, pretende descubrir las intenciones y finalidades que tuvo cada autor
al colocar las piezas de la tradición evangélica en este sitio determinado, en este
orden y en este contexto. De allí brota el sentido literal que cada pasaje
evangélico tiene.
2. Desviación del sentido primitivo
o enriquecimiento doctrinal?
Con estas
confrontaciones de textos, se ponen de manifiesto las preocupaciones catequísticas
y pastorales de la Iglesia primitiva.
Las palabras
de Jesús, guardadas en la memoria de los primeros discípulos, conservan todo su
vigor y son palabras vivas; y si se desplazan de su sentido primitivo es que
son capaces de iluminar también las nuevas circunstancias de las comunidades
cristianas.
No es que los
Evangelistas, ni otros cristianos antes que ellos, hayan traicionado o al menos
desviado el sentido original de las palabras de Jesús. Es el Espíritu Santo
quien está en obra, tanto en la Iglesia como en los escritores sagrados, y hace
vivir a los creyentes de las enseñanzas, siempre actuales, de su Fundador.
· Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS
PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pág. 39-43 México, LA CAMPANA.IPB 2011