Col. 1,12-20
La
lectura más importante para ésta fecha es la segunda, del apóstol Pablo, que
toca justamente el misterio que celebramos. [1]
Casi
les voy a repetir la lectura pero lentamente:
Demos Gracias a
Dios Padre, el cual nos ha hecho capaces a todos nosotros de participar en la
herencia de su pueblo santo, pertenecemos al pueblo santo de Dios, en el reino de la
luz. Los cristianos no caminamos en tinieblas, sabemos de donde
hemos venido y sabemos cual es nuestro destino, somos hijos de la luz , no de
las tinieblas.
Dios nos ha liberado
del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo amado Jesús, por cuya sangre
recibimos la redención, esto es, el perdón de los pecados. Con su
sangre fuimos rescatados del pecado. “Gracias Jesús porque por tu sangre nos
mereciste el perdón de nuestros pecados”. Nosotros no podríamos merecer el
perdón pero él hombre, lo mereció en nombre de cada uno de nosotros.
Después
el apóstol sube a las alturas y nos dice cosas bellísimas:
Cristo es la imagen
de Dios invisible, Jesús es el icono o imagen, la imagen de Dios que
no se ve, por eso Jesús diría quien me ve a mí está viendo al Padre porque Yo
soy la imagen visible del Padre invisible. Él es El primogénito de toda la creación, primogénito
aquí no es el primer nacido, sino el anterior a toda la creación, aquí se está
afirmando la eterna divinidad de Jesús. porque en él tienen su fundamento todas las cosas creadas, porque
él ha sido el creador de cuanto existe del cielo y de la tierra, el apóstol se ha
levantado enormemente, ha dejado la figura de Jesús hombre, muerto en la cruz y
se ha subido en las alturas para afirmar que Jesús es el Hijo Eterno de Dios
creador de todo cuanto existe en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a
ningún ser espiritual que pueda aventajar a Jesús y da una listita de seres que
en la filosofía del momento creían seres superiores a los tronos y a las dominaciones, a los
principados y a las potestades, ni nada.
El,
el Hijo de Dios, Cristo Jesús, Rey de Reyes, existe antes que todas las cosas y
todas se mantienen en la existencia por Él.
Él existe antes que
todas las cosas, y todas tienen su consistencia en él.
Y
luego vuelve a su humanidad, el es el
primero de entre los muertos,
el primogénito de todos los muertos, para que
sea él el primero en todo. Y en la resurrección lo seguiremos todos
buenos y malos, resucitaremos pero para diferente condición. Si somos justos
para vida eterna, si somos malos para condenación eterna.
Porque Dios quiso
que en Cristo habitara toda plenitud de todos los seres , que fuera
como la síntesis de todo cuanto existe y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas, del
cielo y de la tierra, y darles la paz por medio de su sangre, derramada en la
cruz.
Hermosa
página, sublime página del apóstol Pablo.
Y
hoy celebramos la grandeza de Jesús resucitado, glorificado, hecho Rey de Reyes
y Señor de Señores o como dice la liturgia de Jesucristo Nuestro Señor, Rey del
Universo entero, de cielos y tierra.