LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR
Hoy
es la fiesta suprema del misterio de Jesús, uno pensaría que sería la Navidad,
o el Jueves Santo, o la Resurrección.
Sin embargo ni con la Resurrección estaba completado el misterio de la acción
salvífica de Jesús.
Jesús para
terminar su misión sería no solo resucitado, sino exaltado y sentado a la
derecha del Padre (esto es una imagen), la cita que hace Pedro es imaginativa,
lo esencial es que Jesús fue hecho Señor del universo entero, de la creación,
tanto espiritual como material.
Fue hecho Señor del Universo por su
humanidad, Jesús encarnado, lo hizo por su unción Rey de Reyes (palabras
terrestres), y lo hizo Sumo Sacerdote para siempre, por lo que está
intercediendo por nosotros continuamente en el cielo
No hay fiesta
para Jesús como la del día de hoy, pero como es de otro mundo, ni la conocemos,
ni la valoramos, Jesús no solo subió, y la nube se lo llevó, no, El estaba en
el Padre desde la eternidad, y Jesús, verbo encarnado es constituido por el
Padre:
EL SEÑOR (humano)
EL SEÑOR DEL UNIVERSO ENTERO. (Del Cosmos). REY DE TODOS LOS REYES (rey de reyes) SACERDOTE POR TODA LA ETERNIDAD.
No lo
comprendemos porque es el misterio de los misterios. Y este misterio fue la
donación del Espíritu Santo, que le dio el Padre en toda su plenitud.
Al Jesús nuevo,
resucitado, exaltado, le regala Dios Padre lo máximo que le podía dar, le
regala una vez más el Espíritu Santo, y Jesús recibe del Padre, la plenitud del
Espíritu Santo, para que El lo pueda derramar en el mundo entero a quienes le
abran su corazón.
Les dice Jesús a
los Apóstoles: No se vayan de Jerusalén, esperen, porque les espera un día
glorioso; ya les podía dar el Espíritu Santo, pero no entenderían, pero tal vez
si esperan, entiendan un poco mas.
Y en Pentecostés:
¡IRRUMPIÓ EL
ESPÍRITU SANTO CON LA FUERZA DE DIOS!..
El Espíritu
Santo puede descender como liberación, como sanación, pero en Pentecostés
descendió como FUERZA de Dios, y realiza lo que Dios quiere, y llenó a los Apóstoles también
y los transformó desde dentro.
Se requiere el
Bautismo con que Jesús fue bautizado, y él mismo nos bautiza, para ser
transformados, nosotros no podemos hacerlo, es el Espíritu de Dios el que puede
hacernos cambiar el corazón.
Pero quien tiene
una vida difícil, las palabras las escucha, pero... ni en su corazón, ni en el
mío podrán ser palabras sabias, son palabras de sabiduría, pero son ineficaces
si el poder del Espíritu personal de Dios no entra y hace realidad lo que
nosotros aprendimos con la mente, es la gran tragedia, no depende de nosotros,
sino del Espíritu Santo.
Pero siempre que tengamos un corazón abierto...pero eso es otra gracia
de Dios, lo podemos solicitar para darle cabida en el corazón, y que realice lo
que solo El puede realizar. No lo digo para perturbarlos, sino para que den esa
enseñanza a la gente, como lo hizo Jesús con sus Apóstoles, sin ello no podemos
hacer nada.
Los Apóstoles tuvieron un retiro espiritual en la sala alta, el
Cenáculo, los 10 días anteriores a
Pentecostés, permanecieron con María en
oración, sí salían, pero lo indispensable.
Pero de improviso, El los bautizó con el
Espíritu Santo y comenzó la grande transformación del universo entero. Este
mundo trágico en que vivimos, en el que hay trigo y cizaña en el campo que es
necesario separar.
Hoy es el día
mas importante para Jesús, y para nosotros, hoy recibió sus títulos de:
Señor del Universo (dueño). Rey de todos los reyes Grande Sacerdote para la eternidad.
Un cristiano que
sabe esto no sufre por el mundo ni por lo que pasa en el, la victoria está
ganada aunque haya trigo y cizaña.
Lo hemos
esperado durante XX siglos, y llegará a nosotros el Verbo hecho carne en su
Parusía. Los ángeles les dijeron:
Varones de Galilea, como le vieron subir,
vendrá.
¡VEN SEÑOR
JESÚS!
fragmento de la homilia pronunciada el17 de mayo del 2007, en la capilla del CEFEJ