Enseñanza
de Jesús.
Cuando
todo hubo terminado, Jesús y sus discípulos regresaron a casa. Entonces
aprovechó la oportunidad para instruir a sus discípulos aparte. Les ayuda a
sacar lecciones tanto del fracaso de ellos, como del milagro obrado por él
mismo. Las lecciones serán complementarias.
Marcos
da una explicación:
28 Cuando Jesús entró en casa, le
preguntaban en privado
sus discípulos: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?"
sus discípulos: "¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?"
29 Les dijo: "Esta clase con nada puede
ser arrojada sino
con la oración ".
con la oración ".
Esta
enseñanza de Jesús es una exhortación a la oración intensa y constante, en
particular cuando se trata de circunstancias difíciles. Según algunos
manuscritos, a la oración hay que añadir el ayuno,
Mateo da otra razón:
17,20: "Por vuestra poca fe. Porque yo
os aseguro: si tenéis fe como un grano de
mostaza, diréis a este monte: Desplázate de aquí allá', y se desplazará, y nada
os será imposible".
Aquí
la enseñanza de Jesús es una catequesis sobre la fe, e invitación a crecer en
ella. ¡Ojalá los discípulos tuvieran una fe fuerte y vigorosa, así fuera tan pequeña como
pequeñito es un grano de mostaza! La fe no admite condiciones. Es adhesión
plena a Jesús y obra prodigios. Es la fe que necesitaran más tarde los
apóstoles al ir por el mundo a sembrar el Evangelio. Con ella "nada
les será imposible" (cf Mc 16,17-18).
Pero
a propósito de la fe es útil hacer una distinción. Una es la "fe
teologal" por la que el hombre se salva (creer en Dios y en su misterio de
salvación en Cristo: Hch 16,31; Rm 1,16-17: Ef 2,8); y otra es la "fe carismática",
que obra milagros, don del Espíritu Santo para la edificación de la Iglesia, y
que no es concedido a todos (1Co 12,9; Hch 14,9).
Esto puede explicar también que no necesariamente es por falta de fe,
cuando no se alcanza lo que se pide.
Enclavado
en ese repetido contexto de revelación acerca de la misión dolorosa y gloriosa
del Hijo del hombre, a la que son invitados sus discípulos, pero que sólo
puede aceptarse- y comprenderse en la fe y con la fe, se presenta el caso del
padre angustiado por su hijo enfermo y endemoniado.
Este
episodio, si bien es una impactante sanación, es ante todo una sólida
catequesis y una fuerte exhortación a la fe. Solamente con fe se podrá aceptar
el misterio al qué Jesús se va a enfrentar dentro de poco tiempo: su muerte y
su resurreción.
Además,
la sanación de este pobre y miserable joven enfermo desde siempre,
con toda clase de limitaciones y flaquezas, sanado en un instante por Jesús
mediante su palabra llena de poder, es anuncio en acto de la gran obra de
salvación que, mediante su muerte y resurrección, Jesús va a realizar en favor
del mundo. La salvación que da Jesús es integral para todo el hombre.
ACTUALIZACION
Jesús
Maestro!
El mal nos domina y nos esclaviza.
Enfermedades físicas y mentales,
sicológicas y espirituales,
y a veces desde la primera infancia.
Con frecuencia por el cúmulo de penas
y sufrimientos, de angustias y dolores,
que nos llevan hasta el borde de la muerte
y cuyas causas no podemos discernir, pensamos que es
el enemigo mismo que nos oprime.
Sabemos que tu fe y confianza en Dios tu Padre
es total y absoluta; y, por lo tanto, todo lo puedes.
¡Ven, Jesús, y compadécete de nosotros.
Aumenta nuestra poca fe.
Pronuncia, en la fuerza de tu Espíritu,
tu palabra poderosa,
y haz desaparecer de nosotros todo mal.
Hazlo, Jesús, para gloria tuya y gloria de tu Padre.
Amén.