jueves, 17 de diciembre de 2015

La pesca milagrosa (Lc 5,1-11).

5'1 Estaba él a la orilla del lago de Genesaret y la gente se agolpaba sobre él para, oír la Palabra de. Dios, 2 cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas, y lavaban las redes. 7 Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba, desde, la barca a la muchedumbre.
Los personajes y elementos que entran en escena son: Jesús, la gente en la orilla, y las dos barcas con sus respectivos pescadores, que son compañeros. De entre ellos destacan tres: Simón en una barca; y en otra, Santia­go yJuan.
En esta página evangélica, elaborada con notable arte literario, Lucas recuerda la predicación que Jesús solía hacer a orillas del Lago, y cómo la gente se agolpaba para escuchar "la Palabra de Dios", la Buena Nueva del Reino. Como en Mc 3,9; 4,1 y Mt 13,2-3, Jesús sube a una barca para dar desde esa cátedra su enseñanza a la multi­tud. En Marcos y Mateo se trataba de la predicación del Reino de los Cielos en parábolas.
Lucas informa que había dos barcas, y que Jesús escogió la de Simón. Este detalle y la secuencia del relato manifiestan que Lucas no sólo quiere recordar un acon­tecimiento, sino comunicar un importante mensaje doc­trinal respecto a Simón Pedro. Ha querido enfatizar, ya desde el principio de su evangelio, la relación personal que Jesús guardará con ese Apóstol. Quiso subrayar, desde el primer momento, la misión particular que en la Iglesia le será encomendada a Pedro (cf Lc 9,18-21.28; 22,31­34,61; 24,12; Hch 1,15s; 2,14; etc.). Esto explica tal vez la anticipación que Lucas ha hecho del acontecimiento.
También Juan había anticipado, a la primera semana del ministerio de Jesús, el nuevo nombre de "Kefá - Roca", dado a Simón, hijo de Juan, síntesis de su futura misión (Jn 1,42).
4 Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Boga mar adentro, y echad, vuestras redes para pescar". 5 Simón le, respondió: "Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes". 6 Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. 7 Hicieron, señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su. ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían.
Simón es invitado por Jesús a dejar la orilla, internar­se en aguas profundas y lanzar las redes al mar. ¡Inútil tarea, pues ya no es hora de pescar, y lo que agrava la situación es que han pasado toda la noche en esfuerzos vanos! Simón conocía bien su oficio; y, a pesar de eso, muestra docilidad y obediencia a la orden del Maestro, envueltas en fe respetuosa, que es entrega a su palabra: "En tu palabra, echaré las redes ".
Y el milagro se produjo. Ahora bien, si todo milagro es "signo", en éste la carga significativa es mucho más intensa. Recogieron tal cantidad de peces que las redes se rompían. La cantidad de peces aquí, como la abundancia de vino en Cana (Jn 2,1-11) y la multiplicación de panes en la soledad desértica (Lc 9,12-17), son signos de la sobreabundancia de los dones mesiánicos que brotan de la ilimitada generosidad divina.
Para la tarea evangelizadora futura, simbolizada en la abundantísima pesca, se requiere, ante todo, la presen­cia de Jesús: él es el supremo protagonista; él es el Evan­gelizador- por antonomasia; luego es necesaria la colaboración eficaz de compañeros. El trabajo debe ser compartido y las gracias serán numerosas para todos: "las dos barcas se llenaron de tal manera que casi se hundían".
s Al verlo Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesíis, diciendo: ''¡Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador!". 9Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. 10 Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: "¡No temas. Desde ahora serás pescador de hombres!"
Simón Pedro juega un papel protagónico. El tenía fe en Jesús; pero su impresión y estupor llegaron al colmo cuando vio la manifestación del poder divino en el Maes­tro, y cayó a sus rodillas. Probablemente Jesús continuaba sentado en la banca de la popa de la barca.
Pedro cae a sus rodillas en actitud de profunda adoración, experimentando la distancia abismal que exis­te entre la santidad de Dios y el pecado del hombre. Simón recibe una doble iluminación: por una parte, Jesús es "el Señor", en quien está presente Dios; y, por otra, él es un pobre hombre pecador. Esta doble experiencia era clásica en los antiguos profetas (Is 6,1.5).
El doble nombre "Simón-Pedro", que es muy frecuen­te en el evangelio de Juan (17 veces), aparece en Lucas solamente aquí. Con mucha probabilidad el evangelista tiene en ello intenciones particulares. Este nombre doble parece hacer referencia tanto a la condición propia de Simón, pecador como todo hombre, como a su carisma de Roca, sobre la cual Jesús edificará su Iglesia.
El temor ante la presencia de lo divino sobrecogió a Simón, lo mismo que a Santiago y Juan, nombrados aquí por primera vez, como adicionalmente, pero compañeros de Simón. Andrés (curiosamente no nombrado aquí) iba seguramente en la barca de Simón.
La palabra de Jesús: "¡No temas; desde ahora serás pescador de hombres!" se dirige solamente a Simón, a pesar de que Santiago y Juan han sido nombrados. Simón retie­ne toda la atención de Lucas. Con esto el evangelista quiere poner de relieve la misión de Simón Pedro. La escena hace recordar el llamamiento que Dios hizo a grandes personajes de la primera alianza: Moisés, Isaías, Ezeqiiel.
El verbo griego utilizado por Lucas y traducido aquí por 'serás pescador", originalmente significa "capturar vivo". La idea de la metáfora es, por tanto: "Capturaras hombres", esto es, los ganarás para el Reino de Dios.
11 Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, lo siguieron.
Solamente* Lucas subraya que "lo dejaron TODO''para segur a Jesús. Es el radicalismo en el desprendimiento, exigido por la vocación apostólica. Lucas se complacerá en señalarlo con frecuencia a lo largo de su evangelio (Lc 5,28; 1,57-62; 1 2,33; 14,33; 18,22).

ACTUALIZACION

Jesús Maestro: Predícanos la Palabra de Dios.
 Háblanos del Reino de los Cielos.
 Invítanos a bogar contigo y ordénanos lanzar al agua nuestras redes para pescar.
Somos pecadores, pero queremos ser colaboradores tuyos en la gran empresa
de salvar al mundo.
Dinos: "!No temas! ¿Desde ahora serás pescador de hombres!
Amén.