miércoles, 21 de agosto de 2019

LA CONFIRMACIÓN (3a.parte)*


¿Jesús fue transformado cuando recibió el Espíritu Santo en el Jordán?,  le pasó algo? en función de qué?
En función de poder realizar la misión que el Padre le encomendaba.  Ahora bien como Jesús fue transformado y lleno de carismas del Espíritu Santo para poder realizar su misión, el día de Pentecostés, cuando Jesús bautiza con Espíritu Santo a los apóstoles, el Espíritu Santo transformó a los apóstoles interiormente,  primero una transformación interior y segundo los llenó también de carismas para que pudieran ellos a su vez  realizar la misión que Jesús resucitado y subido al cielo les encomendaba.

Pentecostés es la transformación interior de los apóstoles, de miedosos y temerosos en audaces testigos y proclamadores de Jesús, con una audacia y una fuerza hasta de entregar hasta la vida por Jesús, por comunicar el Reino de Dios en el mundo.

El Espíritu Santo los purificó, el Espíritu Santo purifica, los santificó, los hizo santos, les quitó muchas cosas que les estorbaban, les quitó el miedo, eso es lo más fácil de entender. Y les comunicó muchas carismas para poder comunicar el mensaje de Jesús.

En primer lugar lo que el Espíritu Santo les dio a los apóstoles  fue comprender quién era Jesús. Habían vivido dos años y medio codo a codo con Jesús, y a pesar de eso no podían conocer quién era Jesús. El día de la crucifixión ellos dijeron, todo se nos acabó, lo mataron, lo sepultamos, qué más queda?
El Espíritu Santo vino a darles fortaleza y audacia, primero luz en el entendimiento y luego el don de hablar quién era Jesús, de proclamar quién era Jesús al mundo entero, y tercero de poder hacer nacer la iglesia de Jesús a la cual agradecidamente pertenecemos (Hch 2,15). Cuándo nació  la primera comunidad cristiana?, el día de Pentecostés, cuándo nació la iglesia visiblemente, sociológicamente, con un grupo concreto de personas ?, el día de Pentecostés.
Lo dice el mismo texto de Hechos de los Apóstoles 2, 15. Cuando salieron los apóstoles a hablar de Jesús, la gente viéndolos transformados, cambiados, hablar sin miedo, con poder, hablaron de Jesús, dijeron los que los vieron, ¡están borrachos!, la respuesta fue estos no están borrachos como vosotros suponéis, son apenas las nueve de la mañana, lo que pasó es que nos cayó el Espíritu Santo anunciado por los profetas y anunciado por Jesús. El Espíritu Santo llevó gente, produjo como un estruendo, un estruendo raro, en Jerusalén hubo un trueno, el trueno pasó  pero la gente curiosa fue a ver qué había pasado y lo que encontraron no fué un rayo ni nada, lo que encontraron fue a los apóstoles transformados hablando de ese  Jesús a quien los judíos había sido crucificado. En el cap 2,41 dice, los que acogieron la palabra de los apóstoles fueron bautizados y aquel día se les unieron unas tres mil personas, a las seis de la tarde la iglesia de Jesús había nacido gracias a varias cosas:
Gracias al Padre que había ungido a Jesús con el E. S.,
Gracias a Jesús que había derramado y bautizado con Espíritu Santo a los apóstoles
Gracias a que los apóstoles hablaron enérgicamente, valientemente acerca de Jesús.

Gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo que vino y gracias al testimonio ardiente de los apóstoles y a partir de ese día existe la iglesia cristiana fundada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y la predicación de los apóstoles, nació un mundo nuevo, ante los ojos de Dios,  y el mundo viejo también siguió, el mundo del pecado sigue adelante, hasta el día de hoy y no se va a acabar mañana. Pero admirablemente un mundo de presencia de Dios, de gracia de Dios, de corazones transformados ha comenzado y existe a la par en ese mundo de la carne, y quienes son los de ese mundo nuevo? Aquellos a los que Dios saca del mundo permitiéndoles seguir viviendo en el mundo sin ser como del mundo y allí estamos nosotros, de tal manera que si en este mundo que se ve sigue existiendo mucho mal que se ve,  hay un mundo enorme, el mundo del Espíritu Santo, del Padre, de Jesús, de la gracia, un mundo espiritual no carnal que va caminando y que somos nosotros también y que podemos bajar del mundo de Dios al mundo de la de la carne. Qué hacemos cuando cometemos un pecado mortal que ofende a Dios? Nos bajamos al mundo de la carne que se ve.

El mundo del Espíritu, de la santidad,  el mundo de la vida no se ve pero lo vivimos, y todos los que estamos aquí pertenecemos también a ese mundo del Espíritu, lo vivimos, viviendo nuestra vida en el mundo sin ser de este mundo pecador. Esa es la paradoja de la vida cristiana.

Somos propiedad de Dios que nos sacó del mundo del pecado mediante los tres sacramentos de la iniciación cristiana. El bautismo la confirmación y la constante participación en la Eucaristía en la que está Jesús humano y divino, con todo su poder esperándonos a nosotros para darnos vida divina.

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* continuamos presentado la conferencia del P. Carrillo sobre la Confirmación expuesta de manera sencilla pero muy profunda como él nos explicaba los misterios de nuestra fe. es la tercera parte, la próxima será la última sobre este tema.