¿Jesús fue transformado cuando recibió el Espíritu Santo en
el Jordán?, le pasó algo? en función de
qué?
En función de poder realizar la misión que el Padre le
encomendaba. Ahora bien como Jesús fue
transformado y lleno de carismas del Espíritu Santo para poder realizar su misión,
el día de Pentecostés, cuando Jesús bautiza con Espíritu Santo a los apóstoles,
el Espíritu Santo transformó a los apóstoles interiormente, primero una transformación interior y segundo los llenó
también de carismas para que pudieran ellos a su vez realizar la misión que Jesús resucitado y
subido al cielo les encomendaba.
Pentecostés es la transformación interior de los apóstoles,
de miedosos y temerosos en audaces testigos y proclamadores de Jesús, con una
audacia y una fuerza hasta de entregar hasta la vida por Jesús, por comunicar
el Reino de Dios en el mundo.
El Espíritu Santo los purificó, el Espíritu Santo purifica, los
santificó, los hizo santos, les quitó muchas cosas que les estorbaban, les
quitó el miedo, eso es lo más fácil de entender. Y les comunicó muchas carismas
para poder comunicar el mensaje de Jesús.
En primer lugar lo que el Espíritu Santo les dio a los
apóstoles fue comprender quién era
Jesús. Habían vivido dos años y medio codo a codo con Jesús, y a pesar de eso
no podían conocer quién era Jesús. El día de la crucifixión ellos dijeron, todo
se nos acabó, lo mataron, lo sepultamos, qué más queda?
El Espíritu Santo vino a darles fortaleza y audacia, primero
luz en el entendimiento y luego el don de hablar quién era Jesús, de proclamar
quién era Jesús al mundo entero, y tercero de poder hacer nacer la iglesia de Jesús a la cual
agradecidamente pertenecemos (Hch 2,15). Cuándo nació la primera comunidad cristiana?, el día de
Pentecostés, cuándo nació la iglesia visiblemente, sociológicamente, con un
grupo concreto de personas ?, el día de Pentecostés.
Lo dice el mismo texto de Hechos de los Apóstoles 2, 15.
Cuando salieron los apóstoles a hablar de Jesús, la gente viéndolos
transformados, cambiados, hablar sin miedo, con poder, hablaron de Jesús,
dijeron los que los vieron, ¡están borrachos!, la respuesta fue estos no están borrachos como
vosotros suponéis, son apenas las nueve de la mañana, lo que pasó es que nos
cayó el Espíritu Santo anunciado por los profetas y anunciado por Jesús. El
Espíritu Santo llevó gente, produjo como un estruendo, un estruendo raro, en
Jerusalén hubo un trueno, el trueno pasó
pero la gente curiosa fue a ver qué había pasado y lo que encontraron no
fué un rayo ni nada, lo que encontraron fue a los apóstoles transformados
hablando de ese Jesús a quien los
judíos había sido crucificado. En el cap 2,41 dice, los que acogieron la palabra
de los apóstoles fueron bautizados y aquel día se les unieron unas tres mil
personas, a las seis de la tarde la iglesia de Jesús había nacido gracias a
varias cosas:
Gracias al Padre que había ungido a Jesús con el E. S.,
Gracias a Jesús que había derramado y bautizado con Espíritu
Santo a los apóstoles
Gracias a que los apóstoles hablaron enérgicamente, valientemente
acerca de Jesús.
Gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo que vino y
gracias al testimonio ardiente de los apóstoles y a partir de ese día existe la
iglesia cristiana fundada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y la
predicación de los apóstoles, nació un mundo nuevo, ante los ojos de Dios, y el mundo viejo también siguió, el mundo del
pecado sigue adelante, hasta el día de hoy y no se va a acabar mañana. Pero
admirablemente un mundo de presencia de Dios, de gracia de Dios, de corazones transformados ha comenzado y existe a la par en ese mundo de la carne, y
quienes son los de ese mundo nuevo? Aquellos a los que Dios saca del mundo
permitiéndoles seguir viviendo en el mundo sin ser como del mundo y allí
estamos nosotros, de tal manera que si en este mundo que se ve sigue existiendo
mucho mal que se ve, hay un mundo
enorme, el mundo del Espíritu Santo, del Padre, de Jesús, de la gracia, un
mundo espiritual no carnal que va caminando y que somos nosotros también y que
podemos bajar del mundo de Dios al mundo de la de la carne. Qué hacemos cuando
cometemos un pecado mortal que ofende a Dios? Nos bajamos al mundo de la carne
que se ve.
El mundo del Espíritu, de la santidad, el mundo de la vida no se ve pero lo vivimos,
y todos los que estamos aquí pertenecemos también a ese mundo del Espíritu, lo
vivimos, viviendo nuestra vida en el mundo sin ser de este mundo pecador. Esa
es la paradoja de la vida cristiana.
Somos propiedad de Dios que nos sacó del mundo del pecado
mediante los tres sacramentos de la iniciación cristiana. El bautismo la
confirmación y la constante participación en la Eucaristía en la que está Jesús
humano y divino, con todo su poder esperándonos a nosotros para darnos vida
divina.
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* continuamos presentado la conferencia del P. Carrillo sobre la Confirmación expuesta de manera sencilla pero muy profunda como él nos explicaba los misterios de nuestra fe. es la tercera parte, la próxima será la última sobre este tema.