Esto que hemos estado viendo es la cumbre de nuestra fe aunque
el tema es la confirmación.
Paulo VI en el documento post conciliar sobre la
confirmación dice: la confirmación perpetúa en la Iglesia la gracias de
Pentecostés de tal manera que Pentecostés es el día de nuestra confirmación
cuando Jesús nos llena de Espíritu Santo para que el Espíritu Santo realice en
nosotros Iglesia lo que realizó en los apóstoles.
La confirmación es nuestro
Pentecostés personal, por el bautismo somos hechos hijos de Dios, por la
confirmación somos llenos del Espíritu Santo que nos transforma, nos comunica
vida, carismas para construir la iglesia de Dios.
Dejémonos hacer santos por el E. S. que llevamos, si estamos
en amistad, en gracia de Dios, somos templos vivos del Espíritu Santo y lo
llevamos y el Espíritu Santo nos
santifica y nos llena de regalos para cumplir nuestra misión en el mundo y como
cristianos.
Todos tenemos una misión que realizar en este mundo a nivel
humano y natural, y otra misión al impulso del Espíritu Santo que es comunicar
la fe, nosotros, como lo hicieron los apóstoles con el valor, la energía y los
carismas que les comunicó el Espíritu Santo
Y el gran reto es que que conozcamos que es nuestro
bautismo, y que conozcamos en qué consiste en profundidad todo el dinamismo de la
confirmación .
No conocemos el tesoro tan grande que es nuestro bautismo en
el Espíritu Santo que nos da Jesús.
Lo que fue el bautismo de Jesús en el Jordán fue para los
apóstoles Pentecostés y lo mismo para nosotros sin equivaler nuestro bautismo
al bautismo de Jesús en el Jordán pero sí se ilumina nuestro bautismo con el
bautismo de Jesús.
Y nuestra
confirmación se ilumina con el Pentecostés de los apóstoles.
Y así como en el Jordán Jesús escuchó una voz que decía:” Tú eres mi hijo amado en quien me complazco”,
así en nuestro bautismo se nos dice:
tu eres hijo de Dios; y como en el
Jordán Jesús vió que el Espíritu Santo entraba en Él y lo llenaba de dones, y
también los apóstoles sintieron eso en Pentecostés, así también nosotros en
nuestra confirmación.
Voy a terminar haciendo una oración por todos nosotros.
Les pido que contemplemos con nuestra imaginación humana a
Jesús colocado a la diestra del Padre y al Padre derramando a Jesús el Espíritu
Santo y a Jesús rebosando del resplandor, de la luz fulgurante del Espíritu
Santo.
Y ahora, le decimos al Jesús que hemos contemplado, esta
oración: Jesús tú que les dijiste a los
apóstoles, no se vayan de Jerusalén porque yo los bautizaré con el Espíritu
Santo y quedarían transformados y podrán ser con su vida y su palabra testigos míos hasta los rincones más
arrinconados de este mundo.
Jesús lleno de Espíritu Santo yo te pido que te dignes abrir
tu corazón humano y hagas brotar de el para cada uno de nosotros tu Santo
Espíritu. Jesús bautízanos con tu Santo Espíritu como bautizaste a los
apóstoles el día de Pentecostés.
Pongan sus manos como en actitud de recibir las personas que
lo desean.
Señor te presento mis manos vacías como símbolo de que te
quiero presentar mi corazón y mi alma vacía y abierta para que tu la llenes de
Espíritu Santo.
Padre gracias por haber ungido a Jesús con el Espíritu
Santo.
Gracias Jesús porque ungiste, bautizaste a los apóstoles con
el Espíritu Santo.
Por eso te pedimos, te suplicamos que nos unjas nuevamente
con tu Santo Espíritu, así como tu recibiste en diferentes momentos de tu vida
la unción del Espíritu Santo con que te ungió el Padre, así hoy te pedimos te
dignes ungirnos nuevamente con tu Santo Espíritu una vez más con plenitud.
Y tú Espíritu Santo, Espíritu de sabiduría, Espíritu de
proclamación, Espíritu de santidad, Espíritu de luz, ven a habitar ya hacer tu
templo en cada uno de nosotros.
Yo te necesito mucho. Yo no puedo darme cuenta de la
grandeza de tu presencia en mí pero que tu presencia en mí no sea estéril sino que
produzca, en mí, los frutos de salvación y de testimonio cristiano para lo cual
has venido a mi corazón.
Virgen María, madre de Jesús y madre nuestra, pide para
nosotros como lo hiciste en el cenáculo el don del Espíritu Santo para poder
realizar como Iglesia la misión que nos ha sido encomendada.
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Conferencia del P. Carrillo sobre la Confirmación expuesta de manera sencilla pero muy profunda como él nos explicaba los misterios de nuestra fe.