domingo, 27 de julio de 2014

RETIRO DE ORACIÓN Y SILENCIO (cont5)

Y paso ahora a la página 51 del libro, donde está el capítulo de la LIBERTAD CRISTIANA: LIBRES DEL PECADO. LIBRES PARA DIOS
"El hombre lleva en lo más hondo de su ser un imperioso anhelo de libertad." Pero, ¿qué quieren? El hombre se entrega, a veces conscientemente, a veces inconscientemente a la esclavitud, a las cadenas de sus propias pasiones, a las ataduras del propio pecado. El siguiente párrafo es importantísimo:
"La verdadera y plena libertad no consiste en ser libre respecto de otros, no consiste en ser libre de otros, sino en ser libre de las cadenas propias y personales."
Nosotros somos como esclavos de nosotros mismos. Muchas veces de nuestros gustos, de nuestras maneras de ver, de nuestras opiniones. Es bueno tener opiniones personales, pero es diferente ser esclavos de nuestras opiniones. Y entonces uno sufre mucho, porque si yo pienso de una manera y mi compañera piensa de otra manera, entonces vivo angustiosamente, porque no esclavizo a mi compañera con la idea de la que soy yo esclava. Quiero que la otra persona sea tan esclava como yo de mi propia idea. En cambio, dice uno, no, yo no quiero ser esclavo de mí misma ni de mis ideas, entonces soy libre y tengo mis ideas, pero no esclavizado por ellas.
Jesús es nuestro liberador. "Él me ha enviado, dice Jesús, para proclamar la liberación a los cautivos." (Lc 4,18) Y fue el proyecto de acción de Jesús: liberar a los cautivos. Si Jesús nos liberara este día de alguna cosita que debemos ser libres. Y, ¿saben?, sobre todo una cosa: que nos dé como la luz para descubrir nuestras esclavitudes. Jesús es el Gran Liberador, Maestro de la Verdad.
Jn 8,32: "Si conocéis la verdad, la verdad os hará libres."
Y allí mismo, en el siguiente párrafo dice:
Jn 8,36: "Si el Hijo os hace libres, seréis libres en realidad." ¡Qué felicidad si el Señor nos hace libres!
Jesús, Víctima de expiación. No insisto en esto, pero Él nos hizo libres, sobre todo libres del pecado, dando su vida por nosotros.
En la libertad juega un papel importantísimo el Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el Espíritu de la libertad. El Espíritu Santo es agua divina que lava:
Ez 36,25: "Os rociaré con agua pura y quedaréis purificados."
El Espíritu Santo es agua purísima que lava. ¡Más aún! El Espíritu Santo es fuego ardentísimo que purifica. Y cuando el Espíritu Santo nos lava, cuando el Espíritu Santo como fuego nos purifica, entonces nos hace libres de pecado, nos hace libre de escorias que deja el pecado y entonces gozamos de verdad de libertad.
Ga 4,6-7: "Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que grita: ¡Abbá, ¡Papá! De modo que ya no eres esclavo sino hijo, y si hijo también heredero de Dios."
La tarea purificadora del Espíritu Santo, o liberadora del Espíritu, no acompaña en todos los momentos y circunstancias de nuestro caminar. Nadie diga. "A mí ya me liberó el Espíritu Santo." Espérate, no sea que mañana te esclavices y tenga nuevamente que liberarte, ¿verdad? La libertad que nos da el Espíritu es una obra contínua.
Al final de ese número 3: "El Espíritu Santo y la libertad", está la palabra de San Pablo:
2Co 3,17: "Donde está el Espíritu del Señor, allí está libertad."
Cristo nos quiere libres.
"La primera esclavitud es la que nace de sistemas y estructuras opresoras y se da en el campo político, económico, social, cultural." Ojalá Dios nos libere de eso, pero muchas veces uno no puede liberarse de esas cosas. Está metido en un sistema.
"La segunda es la esclavitud que se origina en nuestro propio interior y viene, o del pecado" (¿más o menos vieron dónde está eso?)
- Sí.
- En el número cuatro, párrafo segundo.
"La segunda es la esclavitud que se origina en nuestro propio interior y viene, o del pecado personal o bien, atención, de un régimen de leyes humanas, cúmulo de normas que nos imponen, o nos imponemos y que sofocan la libertad del Espíritu."
No nos sofoquemos con cosas que nos impongamos, ni nos dejemos sofocar por otras personas. Hay alguna persona líder y estructurada, y entonces hace su estructura, ella misma se esclaviza en su estructura, pero se siente sola, y entonces comienza un trabajo de persuasión y, como es líder, entonces comenzará su ejérci- to de esclavas. Y es tristísimo eso, porque entonces no soy esclavo yo de Dios, sino soy esclavo de una persona; y ni siquiera de la persona, sino del cúmulo de cosas que esa persona me ha impuesto.
Libertad no quiere decir libertinaje (eso lo dejamos aparte), y en el número 6: "LIBRES PARA LA SANTIDAD".
Es muy importante esto: Libres del pecado, libres para Dios. Libres de, pero libres para. "La libertad del pecado y de normas sofocantes no propicia, o no debe propi- ciar inercia, inactividad, egoísmo, pereza," no trabajar, déjeme libre, y entonces, cuando uno no trabaja, siendo libre, cae en la esclavitud de la pereza. Así que la esclavitud por cualquier lado nos acosa.
"El cristiano, liberado de los impedimentos que lo ataban, se ve capacitado para dedicarse con fervor a otro servicio: al servicio de Dios y al servicio de los hermanos."
Comenzando siempre (subrayo cantidad) el compromiso de la propia casa de la propia familia. Es la realización de esa palabra de San Pablo:
Ga 5,6: "La fe actúa por la caridad."
En el número 7 subrayo nada más dos conceptos:
Jesús nos quiere libres, libres interiormente de nuestros pecados, de nuestras inclinaciones, de nuestro yo, de nuestro egoísmo; porque todas esas esclavitudes impiden nuestra felicidad. Yo lo que quiero de ustedes es que sean felices. Lo que ambiciono es que sean felices. Y si Dios nos concede la gracia de la ver- dadera libertad, que no es ociosidad ni libertinaje, no nos dejemos nuevamente oprimir bajo el yugo de la esclavitud.
San Pablo habla de las armas de la luz y de las armas de Dios. ¿Cuáles son esas armas de la luz? Cito el texto porque es un texto bueno, aun cuando no quiero proponerlo como un programa de trabajo:
Ef 6,14-17: "¡De pie!, pues, ceñida vuestra cintura con la verdad, revestidos de la justicia como coraza, calzados los pies con el celo por el evangelio de la paz, embrazando siempre el escudo de la fe, tomando el yelmo de la salvación, la espa- da del Espíritu que es la Palabra de Dios."
Cada quién pídale al Espíritu Santo cuáles son las virtudes o las armas con las cuáles cada uno de nosotros debe adquirir la libertad de los hijos de Dios.
Resumiendo este tema: Dios nos ha llamado a ser libres. ¿Fundamentalmente libres de qué? Libres del pecado.
Segundo: libres de preocupaciones innecesarias. ¿Se entiende esto? Le pido al Espíritu Santo que les dé luz a cada una para que se aplique las palabras que estoy diciendo: libres de preocupaciones innecesarias.
Tercero: la libertad no se opone al intenso trabajo por cumplir la voluntad de Dios en el estado en que Él nos ha colocado. La libertad no es flojera. La libertad invi- ta a la actividad.
En definitiva, la palabra del Apóstol con la que comenzábamos esta reflexión dice:
1Co 7,32: "Yo los quisiera libres de preocupaciones."

¿Para qué? Para cumplir la voluntad de Dios y para el servicio y la gloria de Dios y de nuestros hermanos.

viernes, 11 de julio de 2014

RETIRO DE ORACIÓN Y SILENCIO (cont4)

                                           LA VOLUNTAD DE DIOS EN MI VIDA
que se encuentra en la página 69. *
Tampoco lo voy a leer, pero sí voy a hacer una reflexión sobre este importantísimo tema. ¿Por qué razón es importante hacer una reflexión sobre este tema? Porque todo lo que les he estado diciendo puede sugerir una pregunta, dice: ¿Y qué con esto que me dicen está pasando? ¿Qué va a ser de mi vida? ¿Me va a trastornar? ¿Me va a cambiar mi plan? ¿Qué va a decir mi esposo o esposa? ¿Qué van a decir mis hijos? Y sucede que Dios no juega mal, Dios no destruye su obra, Dios la construye, y la vida que nos ha dado en los diferentes estados de vida: soltería, matrimonio, vida religiosa, vida sacerdotal, Él es el que nos ha dado esta vida y lo que Dios da no lo quita, sino lo que Dios da lo transforma siempre en mejor. Tengan muy presente eso: si algo nuevo en nuestra vida está fraguando el Señor, no es para destruir los dones que nos ha dado sino para construirlos mucho mejor. Pongo el ejemplo en una vida de casados: Si Dios les da en estos días como regalo un grado más o muchos grados más de amor profundo a su esposo, a sus hijos, en su hogar, si cambia su corazón en calidad de amor, ¿qué destrucción va a hacer de la casa? Es al contrario, una construcción formidable. Una grande paciencia (saber sufrir) que es también una enorme comprensión (amplitud de espíritu) para los demás ¡Qué felicidad será para ustedes en este retiro si el Señor les comunica comprensión! Se les evitarán muchos dolores de cabeza, muchos sufrimientos, porque comprenderán muchas situaciones de la familia. No echarán por la borda los problemas pero encontrarán soluciones muy buenas, y sobre todo las soluciones en la comprensión. ¿Quién sabe si en los problemas de los demás nos falte comprensión? Y donde brindemos la comprensión entonces solucionamos problemas personales y problemas de los demás. No tengan temor a que el Señor haga algo nuevo en la vida.
"No temáis", como le decía el Señor a los apóstoles. Varias veces se los repitió: "No tengan miedo, Yo no soy un fantasma, Yo Soy... Yo Soy.. (Nada más les dijo), ni siquiera dice: "Yo soy Jesús", sino "Yo Soy... Yo estoy con ustedes... Yo soy el Señor... Yo soy Dios... No tengan miedo... Yo las guiaré, los guiaré por los senderos que Yo quiero... He aquí que Yo hago algo nuevo.
El tema de la página 69 es la VOLUNTAD DEL PADRE EN MI VIDA. Ya les he tocado este tema en algunas ocasiones en las clases, la voluntad de Dios. Fue la gran pasión de Jesús. En el capítulo 8 de San Juan, versículo 29 es donde dice: "Yo hago siempre lo que le agrada a mi Padre." (Jn 8,29) Que palabra tan hermosa: "Yo no hago mi voluntad sino la voluntad de mi Padre, para que el mundo sepa que amo al Padre y cumplo su voluntad, vámonos de aquí" (cf Jn 14,31)
San Pablo, cuando se levanta después del derrumbamiento que le provocó el Señor, la palabra que dijo fue esta: "Dípoyes"... "¿Qué debo hacer? ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué haré?" Él no sabía, estaba aturdido. Y el Señor le dijo: "¿Cómo que qué vas a hacer? Pues levántate." Nada más eso:
- "Primero levántate. y, ¿adónde vas?" - A Damasco.
- Vete a Damasco.
- Y, ¿por dónde se entra en Damasco? - En la puerta.
- Y, ¿por dónde camina? - Por la calle.
¿Para qué le dijo "qué debo hacer"? Era lo de sentido común: "Levántate, vete a la puerta, camina por la calle y métete a una casa, a la casa donde te van a hospedar." La voluntad de Dios, ¿qué debo hacer? Esto...
Lo mismo para nosotros: ¿Qué debo hacer yo en mi vida, en mi vida diaria? Lo que siempre he hecho y lo que tengo que hacer todos los días. Esto ya se los he repetido en muchas ocasiones. Porque la novedad no está en hacer cosas nuevas, sino la novedad está hacer de lo viejo algo nuevo; hacer de manera nueva las cosas de mi día.
Abrir el corazón a la voluntad de Dios es abrirlo también a la alegría, a la satisfacción, a la paz, a la generosidad. En una palabra: abrirnos a hacer lo que Dios quiere es abrirnos a la felicidad verdadera.
- Señor, ¿qué quieres que yo haga? Mañana ¿qué voy a hacer? Pasado mañana ¿qué voy a hacer?
- Lo que haz hecho siempre, pero con un corazón nuevo, con un corazón renovado.
Fue también lo que la Virgen María hizo después del grande anuncio de la Encarnación. Ella tuvo una novedad muy grande al tener la creaturita en su seno. Y recibió un mensaje difícil, difícil: - Levántate y vete a atender a tu prima Isabel.
- Bueno, ¿y con quién me voy?
Debió haberse ido en una caravana, según la manera como se viajaba en aquel tiempo. No se la imaginan ustedes a la jovencita de quince años caminando sola, o en burro. Debió ir como se viajaba en ese tiempo, en caravana. Y, ¿cuándo? Cuando le fue posible viajar en caravana. Pero, sobre todo, lo que ella llevaba era la alegría de la novedad de su nueva vida. Siguió haciendo lo mismo, mientras el chiquito estaba formándose en su seno, pero siguió su vida normal. Y, ¿qué haría allá en casa de Isabel? Pues la ayuda a Isabel. Dice el Evangelio que "permaneció como tres meses" (cf Lc 1,56), hasta que nació el niño. Quiere decir que llegó allá cuando Isabel tenía seis meses y comenzaba a tener necesidades particulares. La voluntad de Dios sobre nosotros.
En la epístola a los Tesalonicenses, capítulo 4, versículo 4 o 6, tenemos esa frase: 1Ts 4,3: "Esta es la voluntad de Dios, vuestra santificación."
Y ser santos no es otra cosa sino parecernos a Dios, al Santo, al que pertenecemos: "Esta es la vo- luntad de Dios, que seáis santos." (1Ts 4,3.7).

Bueno, estas eran las reflexiones para esta primera plática. Así que termino invitándolos como al principio, para que dejen fuera preocupaciones, distracciones y entren en un ambiente de unión con Dios. 
*Lo que resta del 2014 estaremos presentando cada 15 días la transcripción de las conferencias del Retiro de Oración y Vida que el P. Salvador Carrillo Alday, M. Sp. S. , nos dió en mayo del 2001. El contenido lo podemos encontrar en su publicación Sed de Dios pero aquí expondremos la sencillez y profundidad de sus explicaciones al darnos el retiro.  No olvidemos antes de entrar al tema hacer una invocación al Espíritu Santo para que  realice su obra en nosotros.

domingo, 29 de junio de 2014

RETIRO DE ORACIÓN Y SILENCIO (cont.2)

Dios, al enviarnos como un regalo el Concilio Vaticano II, quiso mandar una renovación: poner de nuevo, darle lustre a las cosas. Desde aquel entonces, hace treinta, treinta y cinco años, se viene comentando una palabra del profeta Isaías y del Apocalipsis que es también para ustedes. En el libro de Isaías, una palabra muy conocida de ustedes, en el capítulo 43 versículo 16 a 21. En aquel tiempo, sentido histórico de la Palabra de Dios, los judíos vivían ansiosos de esperanza, ansiosos de vida nueva; estaban esclavizados, por decirlo así, por lo menos fuera del país: estaban desterrados, estaban fuera de su querida Tierra Prometida y entonces suspiraban por una vida en la tierra de Dios. Y entonces el profeta, en nombre de Dios, o más bien Dios a través del profeta les dice:
Is 43,16-17: "Así dice Yahveh, el que trazó camino en el mar (a la salida de Egipto), que trazó veredas en aguas impetuosas (el Mar Rojo), el que hizo salir carros y caballos a una con poderoso ejército, a una se echaron para no levantarse, se apagaron, como mecha se extinguieron." (alusión a la salida de Egipto).
¡Cómo todas las fuerzas contrarias al pueblo de Israel Dios las hizo desaparecer!.
La Palabra de Dios vale en tanto que la aplicamos, si no permanece una palabra estéril. Pueda ser que también para nosotros, en nuestra vida, estemos en una época de éxodo, de salir de una manera de vivir para entrar en una tierra nueva, y entonces el Señor quiere Él despedazar ejércitos, tormentas, cosas que nos obstaculizan, como lo hizo con los carros y caballos a la salida de Egipto: los destrozó. ¿Y qué pasó con el pueblo? Quedó libre de todos esos obstáculos para poder salir de una esclavitud y entrar en una libertad. ¡Qué gracia de Dios tan grande salir de una vida de esclavitudes, pequeñas o grandes, y entrar en una tierra de vida, de libertad! Gracias a que Dios elimina todos esos obstáculos. El versículo 18 continúa con este tema:
Is 43,18: "'¿No os acordáis de lo pasado? ¿ No caéis en la cuenta de lo antiguo?
Yo creo que se refiere, nuevamente, a la salida de Egipto. "¿No se acuerdan de lo que pasó?. ¿No se acuerdan de los prodigios que hice para sacarlos de aquella esclavitud?." También para nosotros puede ser esa palabra recordando ciertos momentos de la vida en que nos sentimos liberados, que Dios nos liberó, o que comenzó a poner en nosotros grandes deseos de libertad, de liberación de muchas cosas, que puso en nosotros el deseo de dejar una tierra de Egipto para entrar en una tierra de libertad, así fuera el desierto del Sinaí. El versículo 19 es el central:
Is 43,19: "Pues bien, he aquí que yo hago nuevas las cosas...
"He aquí que yo voy a hacer nuevamente un prodigio. Ahora bien, ese prodigio, eso que voy a hacer: 
Is 43,19: "...Ya está en marcha. ¿No lo sentís? ¿No lo reconocéis?"¿No reconocéis que algo nuevo está pasando en tu vida? Y con el lenguaje poético continúa:
Is 43,19-20: "Sí, pongo en el desierto un camino, ríos en la sequedad. Las bestias del campo me darán gloria, los chacales y las avestruces, pues pondré agua en el desierto y ríos en la soledad para dar de beber a mi pueblo elegido."
En su sentido histórico esta palabra se refiere a los cautivos de Babilonia que tienen que regresar a su tierra cruzando el desierto árido, que da temor, da miedo; da miedo el sol, la sequía: "¿Cómo vamos a pasar?" Ese desierto tan implacable. Y le dice Dios a Israel: "No tengas miedo. Yo pongo en el desierto, desde luego, una calzada, una carretera, en los llanos secos pondré ríos, los animales, las bestias del campo, los chacales, las avestruces, también los animalitos se alegrarán, porque les daré agua: "ríos en la soledad". ¡Qué buena palabra! "Ríos en la soledad... para dar de beber a mi pueblo elegido." Y como consecuencia de ese prodigio de renovación, de regreso, de cruzar el desierto:
Is 43,21: "El pueblo que yo me he formado contará mis alabanzas."
Todo terminará en una grande alabanza de Dios.
Yo los invitó a que estos días, sobre todo al principio de esta mañana, que pidan al Espíritu Santo echar fuera todo cansancio, toda inquietud. Ya dejaron su casa, déjenla allá, pero sobre todo la casa interior. Más que la casa que está en tal o cual parte, la casa interior que es la que es importante. Y esa casa interior ciérrensela para vivir estos dos días como una novedad: abiertos, abiertas a la acción del Espíritu Santo. Gocen, gocen estos días. Ya sé que algunas personas están pensando: "Ojalá me fuera posible eso que estoy oyendo, pero hay un barullo en mi mente y en todo mi ser que no me permite." Las personas que están pensando eso siéntanse comprendidas por mí, así es, pero no se desalienten, echen fuera. Por eso quisimos que este retiro fuera en un ambiente de recogimiento y de silencio. No se sientan mal estar solas, ir a la capilla, a los jardines, no se sientan mal, que les vayan a decir: "Esta persona está sola porque no se comunica." No está sola, está muy acompañada, anda con el Espíritu Santo en grandes comunicaciones. "He aquí que lo hago todo nuevo."
Ese texto de Isaías ha sido tomado por el Apocalipsis, en el capítulo 21 versículo 5, pero ahí hablando ya de la vida muy futura.
Ap 21,1: "Luego vi un cielo nuevo y una tierra nueva."
Ojalá así pueda ser para nosotros, una vida nueva: un cielo nuevo, una vida nueva,
Ap 21,1: "Porque el primer cielo y la primera tierra desaparecieron y el mar no existe ya."
La vida que llevaba desapareció, no existe más, y en lugar de esa vida que llevaba, ¿qué es lo que me puede esperar para este momento de mi existencia?
Ap 21,2: "Vi la Ciudad Santa, la Nueva Jerusalén (una vida nueva), que bajaba del cielo de junto a Dios (una vida tranquila, serena, en su profundidad, aún cuando haya olas del mar en la superficie, no importa), de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su esposo."
Realmente el verdadero Dueño de nuestra vida es Dios. Ustedes tienen unos tesoros grandísimos que Dios les ha dado: su esposo y sus hijos, pero antes que su esposo y sus hijos el grande regalo que nos da Dios es Dios mismo. Ustedes son de su esposo, sus hijos son de ustedes y ustedes son para sus hijos, pero antes y después son, ante todo para Dios; y lo que es más hermoso, que este pertenecer a Dios no destruye, sino ha hecho, ha construido su ser para su esposo y su ser para sus hijos. Por ser de Dios, por ser de Dios, son ustedes para su esposo y son ustedes para sus hijos. Dios no destruye su vida, al contrario, la construirá mucho mejor, en la profundidad de la felicidad.
Ap 21,3: "Oí una fuerte voz que decía desde el trono: "Esta es la morada de Dios con los hombres."
La nueva manera de vivir.
Ap 21,3 : "Pondrá su morada entre ellos."
Dios morará en el corazón de cada uno de nosotros: moradas de Dios, moradas de Dios en un mundo lleno de turbación, de ruido, de tantas cosas bellas que hay en el mundo.
Ap 21,3-4: "Ellos serán su pueblo y Dios-con-ellos será su Dios. Y enjugará toda lágrima de sus ojos. No habrá ya muerte, ni habrá ya llanto, ni gritos ni fatigas, porque el mundo viejo ha pasado."
Hemos dejado una manera tibia de vivir la vida con Dios.
Ap 21,5: "Entonces dijo el que está sentado en el trono: 'Mira que hago un mundo nuevo.'

En sentido literal, este pasaje se refiere a la vida futura, pero por estar en la Escritura lo podemos también actualizar como anticipándolo a la realidad escatológica a que se refiere; y entonces hacer de nuestra vida un mundo nuevo. Para eso hemos venido estos dos días de retiro espiritual.  

Lo que resta del 2014 estaremos presentando cada 15 días la transcripción de las conferencias del Retiro de Oración y Vida que el P. Salvador Carrillo Alday, M. Sp. S. , nos dió en mayo del 2001. El contenido lo podemos encontrar en su publicación Sed de Dios pero aquí expondremos la sencillez y profundidad de sus explicaciones al darnos el retiro.  No olvidemos antes de entrar al tema hacer una invocación al Espíritu Santo para que  realice su obra en nosotros.

jueves, 26 de junio de 2014

RETIRO DE ORACIÓN Y SILENCIO (cont.3)

ELEGIDOS PARA SER SANTOS

En su programa, dice que la primera conferencia tiene como temas:
ELEGIDOS PARA SER SANTOS Y LA VOLUNTAD DE DIOS EN MI VIDA

Son dos temas tomados del libro "Sed de Dios" *: "Elegidos para ser santos" en la página 13.
Y "La voluntad de Dios en mi vida" en la página 69.
Una breve palabra sobre eso, no es cuestión de leer lo que está allí escrito; ya lo leyeron o pueden ustedes leerlo. ELEGIDOS PARA SER SANTOS.

Este título está tomado de la palabra de Levítico, capítulo 20 versículo 26 que ya Dios le decía al pueblo de Israel antiquísimo:
Lv 20,26: "Sed santos para mí."
Sed santo para Dios es ser consagrado para Dios. Ser santo para Dios es ser consagrado para Dios. Lv 20,26: "Sed santos para mí, porque yo, vuestro Dios soy Santo."
Y aquí, cuando dice "Yo soy Santo"hay una nota adicional que Dios es el Santo, Santo, Santo (cf Is, 6,3), en el cual no hay imperfección, en el cual no hay pecado, en el cual no hay ingratitud. "Conságrense a mí", dice el texto, "y sean como Yo. En mí no hay sombra de pecado. Consagrados a mí serán como Yo". Y entonces el primer efecto, el primer efecto de este retiro espiritual es lo que nos dirá Ezequiel en su texto clave: "Yo purificaré a mi pueblo de todas sus impurezas, de todas sus inmundicias, de todos sus pecados." (cf Ez 36,25). Este encuentro de este día puede ser para ustedes, en primer lugar, un día de una grande purificación.
Lv 20,26: "Y os he separado de entre los pueblos para que seáis míos."
Vean ustedes una gracia de Dios de haber cada uno de ustedes haber podido venir este día viernes y mañana a esta reunión. ¿Qué significa eso? Son las pequeñas grandes gracias de Dios que nos permite algo nuevo, algo diferente. Él quiere construir y hacer algo nuevo en la vida propia de cada uno de nosotros.
¿Cuál es la razón de ser santos, consagrados para Dios? Porque somos de Él, somos creaturas de Él; le pertenecemos a Él por muchos motivos, pero aludamos a dos motivos:
- Somos de Él porque Él nos ha dado nuestro existir. Nos ha hecho pasar de la nada, de la nada al ser; del no ser al ser. La gran gracia de existir. Y existir para toda la eternidad. El ser, el existir no puede venir sino de Dios. Él nos ha hecho existir con una existencia que se prolongará por toda la eternidad. Entonces, por eso podemos decir "somos de Él", porque nos comunicó el existir, nos comunicó la vida.
- Y luego, en el Bautismo nos comunicó otra vida, la vida de ser misteriosamente hijos de Dios. Y al comunicarnos ese ser hijos de Dios nos comunicó el grandísimo tesoro que es el regalo del Espíritu Santo. El gran regalo del día del Bautismo, con la comunicación de vida nueva, es que nos da el Don del Espíritu Santo y quedamos hechos nosotros sagrarios del Espíritu Santo.
Al menos por esas dos razones somos pertenencia de Dios.

Lo que resta del 2014 estaremos presentando cada 15 días la transcripción de las conferencias del Retiro de Oración y Vida que el P. Salvador Carrillo Alday, M. Sp. S. , nos dió en mayo del 2001. El contenido lo podemos encontrar en su publicación Sed de Dios pero aquí expondremos la sencillez y profundidad de sus explicaciones al darnos el retiro.  No olvidemos antes de entrar al tema hacer una invocación al Espíritu Santo para que  realice su obra en nosotros.