EL EJERCICIO DE LAS VIRTUDES
CRISTIANAS
¿Qué se entiende por "virtud"?
La virtud es un hábito cuya adquisición
perfecciona al hombre. El vicio es un hábito cuya adquisición degrada al hombre*.
Tanto los hábitos buenos (las virtudes) como los malos (los vicios) se
adquieren por la repetición de actos virtuosos o pecaminosos.
Naturaleza de la
virtud
1. El hombre
"justo" o "perfecto" (Mt 5.6.20,48) no es el que se
esfuerza por llegar a ser tal, sino el que busca Dios y para alcanzarlo sigue el camino
que Él le traza, que es también el único por el que hallará su
desarrollo personal. La Biblia sintetiza este concepto en la fórmula "andar con
Dios" (Noé: Gn 5,22.24; 6,9; Abrahán: 17,1). El salmo 32,8 proclama;
"Yo te instruiré y te haré ver el camino por donde debes
andar, te aconsejaré y mis ojos estarán sobre ti". El profeta Isaías
enseña: "Dichosos los que esperan en Yahveh. Con tus ojos verás al que te
enseña y con tus oidos oirás detrás de ti estas
palabras-. 'Ese es el camino, id por él" (Is. 30,18-21)
2.La vida virtuosa
consiste en una relación viva con Dios, en una. conformidad con sus
palabras, en una obediencia a su voluntad. ,en una orientación profunda
y estable hacia él. Esta relación hace al hombre "justo, perfecto y
santo".
3. Pero esta
conformidad con la voluntad de Dios que constituye la virtud, y que la Biblia
llama ordinariamente "la justicia", no se obtiene con el
mero cumplimiento de los actos prescritos por Dios, sino que estos actos son la
manifestación de una fidelidad a Dios, que procede del corazón, y son expresión del amor, que es el
principal elemento de la Alianza (Dt.6,5-6; 11,l; 30,20).
4. Las virtudes
no le vienen al hombre desde fuera. En el corazón mismo del ser humano se halla
la raíz de la virtud, como también del vicio (Mc 7,21s). Para que el corazón
del hombre vuelva a ser justo, es necesario que Dios lo vuelva a crear y le
infunda un espíritu nuevo, como lo declara el salmo 51,12 y como lo anuncian
los profetas. Esto se realiza en la Alianza nueva, cuando Dios infunde en los
corazones su mismo Espíritu, que los hace fieles y les facilita el cumplimiento
de su voluntad. Un pasaje central del profeta Ezequiel es la síntesis de esta
doctrina:
"Os rociaré con agua
pura y quedaréis purificados. De todas vuestras impurezas y de todas vuestras
basuras os purificaré. Quitaré de vuestra carne el corazón de
piedra y os daré un corazón de carne. Os daré un corazón nuevo, infundiré en
vosotros un espíritu nuevo.
Infundiré mi
Espíritu en vosotros y haré que os conduzcáis según mis preceptos y observéis y
practiquéis mis normas" (Ez 36,26-27).
5. El Espíritu
Santo, cuya misión de maestro interior revela Jesús a sus discípulos, les dará
el sentido de sus palabras, les llevar{a a la plenitud de la verdad y les
comunicará la sabiduría y fortaleza necesarias para ser testigos invencibles
del Evangelio (Jn 14,26; 16,13; Hch 1,8.
6. Este mismo
Espíritu liberará al creyente de todos los apetitos carnales que hacen al
hombre vicioso, derramando en su corazón el amor de Dios (Rom 5,5) y haciéndole
producir el fruto de su presencia en el corazón del creyente, que son todas las
virtudes animadas por el amor-caridad. San Pablo escribió a los gálatas:
"El fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, longanimidad, afabilidad,
bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí mismo" (Gal 5,22). Así
el Espíritu Santo fortalece al hombre interior (Ef 3,16).
San Pablo menciona
las virtudes del ideal griego (Flp 4,8), pero subraya sobre todo las virtudes
cristianas: "La fe, la esperanza y la caridad-amor" (1 Tes 1,3; Rom
5,1-5; Col 1,4-5), proclamando que la mayor de todas ellas es "el amor", que es el
vínculo de la perfección (1 Cor
13,13; Gal 5,14; Col 3,14)