LA PRACTICA DE LOS CARISMAS DEL ESPIRITU SANTO
El
Espíritu Santo no solamente nos hace santos, virtuosos, sino que pone en
nosotros capacidades que son gracias, son regalos, son dones, son carismas del
Espíritu Santo que pone en nosotros para construir el Reino de Dios, o para
que construyamos, unidos a Jesús, el Reino de Dios en el mundo; construir el
Reino, establecer el Reinado de Dios en el mundo.
Se podría hablar de
carismas "naturales o habilidades" y de "carismas
sobrenaturales". Unos y otros son dones que Dios nos ha querido regalar.
Los
carismas naturales son las habilidades que el Señor ha puesto en nosotros para
construir el mundo, y los debemos desarrollar.
Podemos llamar esos dones, carismas, en la línea
de nuestra naturaleza humana, de ser hijos de nuestro papá, de nuestra mamá,
hijos de este mundo. Nos da capacidades y son las capacidades, las cualidades,
los dones, las gracias que nos llevan a escoger nuestro trabajo en la tierra.
¿Por qué uno se dedica a la medicina? Porque ha sentido capacidad, cualidad...
¿Y quién te la puso, quién te la dió? En definitiva es Dios. Otra persona
dice: "Yo me voy a dedicar a la pintura". Y es notabilísimo. Otra persona tiene una capacidad tremenda para
cuidado y atención a los enfermos; para las leyes; para la casa; para la
atención a los niños; para la política, para todo. La profesión de cada uno
es de nosotros. Así como Dios nos dió el existir, también pone en nosotros estas
capacidades para construir el mundo; para nuestro trabajo en el mundo.
Hay
otra vertiente y es que nosotros hemos recibido del Espíritu Santo la vida de
Dios, vida divina, vida eterna. Somos hijos de Dios por una sobrenaturaleza que
nos ha comunicado en el bautismo, por la cual nosotros somos no hijos de papá
y mamá, sino somos hijos de Dios, porque Él nos ha comunicado su naturaleza
divina. Y en este nivel de hijos de Dios, el Espíritu Santo también nos
equipa con dones, gracias, carismas.
¡Cómo es hermoso santificar el trabajo que
tenemos! El trabajo cansa, fatiga, agobia, pero el Espíritu Santo, si nosotros
lo sabemos valorar, renueva nuestras energías y entonces nos recuperamos y
sabemos que trabajamos, juntamente con Dios, en la creación del mundo, en
llevar el mundo adelante con nuestro trabajo, sea cual fuere nuestro trabajo.
Así sea dejar dinero arreglando un hermoso jardín o todas las mañanas
barriendo las calles para que la ciudad sea bella. El trabajo humano que
dignifica al hombre y lo hace colaborador en la obra de la creación. El
Espíritu Santo que nos ayuda en nuestro trabajo. Cuántas veces encontramos,
de verdad, problemas enormes para la realización de lo que nosotros tenemos
que hacer como seres humanos en la vida humana. Pero el Espíritu Santo, que
nos ha dado cualidades, puede también acompañarnos en la realización de esa
misión que nos confía.
¿Qué
carismas me ha dado Dios para crear el mundo con Él? ¿Cómo realizo mi
trabajo, con entusiasmo, con amargura, con desesperación? No les importe que
sea poquito o mucho, sino el trabajo que hacemos hacerlo con alegría, porque
somos instrumentos de Dios en la creación del mundo.
Los
"carismas sobrenaturales", que son los carismas propiamente tales,
son las gracias o dones que nos regala el Espíritu Santo para edificar la
Iglesia.
San
Pablo escribe: "A cada uno se le otorga la manifestación del Espíritu
para el bien común" (1
Cor 12,7). Y después agrega: "Todas estas cosas las obra un mismo y único
Espíritu, distribuyéndolas a cada uno en particular según su voluntad" (1 Cor 12,11). Así, los
carismas sobrenaturales no son dones para el provecho personal, y menos para
un propio lucimiento vanidoso, pero su ejercicio constante y sostenido, bajo el
impulso del amor, sirve para la propia santificación.
Es muy necesario
descubrir los carismas que el Espíritu Santo comunica a cada persona -laica,
consagrada o sacerdote- para llevar a cabo la propia misión que Dios le ha
confiado, ya sea para construir el mundo o para edificar la Iglesia, cuerpo de
Cristo.
¿Qué
carismas espirituales me ha dado el Espíritu Santo para establecer el Reinado
de Dios como tal, el Reinado de Dios, la vida divina en los demás? Y aquí
entran todos los servicios, en esa dimensión de fe, ya sea en la Iglesia o
fuera de la Iglesia, pero que realizamos con fe, como carismas del Espíritu
para construir el Reino de Dios como tal. No nada más para construir la
creación que viene de Dios, sino el Reino de Dios que quiso traer Jesús
cuando dijo: "El Reinado de Dios está cerca." (Mc 1,14).