El análisis esmerado de la estructura de
esta narración, de su situación en el contexto y de sus alusiones al AT, hace
de este pasaje evangélico una pequeña joya de teología lucana, con
implicaciones cristológicas, soteriológicas, eclesiológicas y escatológicas.
El episodio presenta dos cuadros y una conclusión.
Primer cuadro: La curación de la mujer.
13'10 Estaba un sábado enseñando
en una sinagoga, 11 y había una mujer a la que un espíritu tenía
enferma hacía dieciocho años; estaba encorvada, y no podía en modo alguno
enderezarse. 12 Al verla Jesús, la llamó y le dijo: "¡Mujer,
queda desatada de tu enfermedad!". 13 Y le impuso las manos. Y al
instante se enderezó, y glorificaba a Dios.
De numerosos pasajes del Evangelio podemos deducir que Jesús ejercía su actividad salvadora,
liberadora y sanadora, particularmente el día de shabbat. Es lógico suponerlo,
pues era el día en que la comunidad judía se congregaba en la sinagoga para el
culto semanal (Lc 1,31-37. 38-39; 6,1-5. 6-11; 14,1-6).
En la sinagoga estaba presente una mujer que desde haría dieciocho
años estaba jorobada, sin poder enderezarse. Su enfermedad la atribuye el
evangelista a una influencia del demonio. En el AT hay textos que consideran
la cabeza agachada como signo de una actitud espiritual humillada (Gn 4,5; Ec
1,15; Sal 30,2-3; 57,7; Ba 2,18). Dios tiene el poder de levantar al hombre de
esa postración. El Salmo 146 proclama que el Señor se ocupa de los ciegos, de
los encorvados, de las viudas y de los huérfanos (v.8-9).
Jesús tomó la iniciativa: vio a la mujer,
le impuso las manos y le dijo: "¡Mujer, queda desatada de tu enfermedad!". El verbo utilizado por Jesús está muy
cargado de sentido. No se trata sólo de una curación, sino de una liberación de
ataduras sufridas por muchos años. Posiblemente la mujer ha padecido durante la
mayor parte de su vida, ya que la cifra 18, mencionada dos veces, es perfecta
(3 x 3 = 9 x 2 = 18) y, por tanto, susceptible de un simbolismo que puede
indicar una muy larga duración.
Y al punto quedó enderezada. Nada puede
oponerse a la acción soberana de Jesús. Y comenzó a glorificar a Dios. La
alabanza y glorificación a Dios por sus beneficios se identifica con la acción
de gracias. Es nota característica en el evangelio de san Lucas (5,25.26; 7,16;
17,15.18; etc.).
En el presente caso, la liberación del
mal corporal es signo claro y evidente de liberación interior, pues la enfermedad
física era efecto de una atadura espiritual. Si Jesús cura el cuerpo, es porque
quiere sobre todo liberar el alma y el espíritu (Lc 5,17-26).
Segundo cuadro: Las reacciones de los
jefes.
14Pero
el jefe de la sinagoga, indignado de que Jesús hubiese hecho una curación en
sábado, decía a la gente: "Hay seis días en, que se puede trabajar; venid,
pues, esos días a curaros, y no en, día de sábado". 15
Replicóle el Señor: "¡Hipócritas! ¿No desatáis del pesebre todos vosotros
en sábado a vuestro buey o vuestro asno para llenvarlos a abrevar? 16
Y a ésta, que es hija de Abraham, a la que ató Satanás hace ya, dieciocho años,
¿no estaba bien desatarla de esta ligadura en día de sábado?"
A la acción liberadora de Jesús sigue la
controversia con el jefe de la sinagoga. El título
de "Señor",
que Lucas da a Jesús,
subraya su autoridad y su poder. En el prural"¡Hipócritas!" quedan incluidos todos los que en la asamblea pensaban igual, y
probablemente también los escribas fariseos, responsables de una interpretación
demasiado material y rígida de la ley del reposo sabático, el cual, por otra
parte, pretendía imitar santamente el ritmo del descanso divino (Gn 2,1-3; Ex
31,13-17).
Con su actuación Jesús insiste nuevamente
en que el shabbat está ordenado a dar culto a Dios y a practicar la caridad con
el prójimo. Dios ha establecido el shabbat para el hombre y no el hombre para
el shabbat (Mc 2,27); y más todavía citando se trata de una liberación de ataduras
espirituales, como es el arrancar del imperio de Satanás a esta "hija de Abraham", es decir, a esta mujer que no era una
pagana, sino una creyente, hija del pueblo de Dios.
Esta sanación, como otras muchas en
Lucas, hay que comprenderla en el contexto de la batalla escatológica librada
por Jesús contra Satanás, y de la implantación del Reino de Dios realizada por
él.
Conclusión:
17 Y cuando decía estas cosas, sus
adversarios quedaban confundidos, mientras que la gente se alegraba con las
maravillas que hacía.
Jesús es y será signo perpetuo de
contradicción. Los sencillos y humildes perciben en las obras que él hace las
maravillas de Dios, pues tienen una mirada de fe; mientras que sus
adversarios—comenta el evangelista— "quedaban-cubiertos de vergüenza".
Finalmente, este pasaje evangélico
descubre los sentimientos de amplia comprensión del corazón de Cristo en favor
de la mujer. Es digno de notar el lugar que Lucas concede a las mujeres a lo
largo de su evangelio. Además de hablar de María, la madre de Jesús, de Isabel
y de Ana (Lc 1-2), presenta a la viuda de Naín (7,11-17), a la pecadora
perdonada (7,36-50), a las mujeres liberadas de opresión y convertidas en
seguidoras de Jesús (8,1-3; 23,49.55), a Marta y María (10,38-42), a la mujer
que bendice a la madre del Señor (11,27-28), a las mujeres de Jerusalén
(23,27-31), y posiblemente a la mujer adúltera (Jn 8,1-11).
ACTUALIZACION
Señor Jesús: En nuestra sociedad hay mujeres disminuidas, obligadas a caminar encorvadas durante largos
años. Toma la iniciativa, impon tus manos sobre ellas y pronuncia tu palabra
soberana: "Mujer, ¡queda desatada de tu enfermedad!" Rompe sus cadenas y haz que se enderecen.
Y que nosotros nos alegremos al experimentar las
maravillas de tu bondad y de tu poder. Amén.