Una lectura atenta de los dos
textos paralelos basta para comparar las pequeñas divergencias que existen
entre las dos tradiciones. Las expresiones de lenguaje y las circunlocuciones
para referirse a Dios reflejan un original semita.
1.—UNA IMAGEN FAMILIAR
"¿Quién de vosotros que tiene cien ovejas,
si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va a
buscar la que se perdió hasta que la encuentra? Y cuando la encuentra, la pone
gozoso sobre sus hombros y llegado a casa, llama a sus amigos y vecinos,
diciéndoles: Regocijaos conmigo, porque he encontrado mi oveja perdida": Lc 15,4-6.
Es de saber que el oficio de pastor era para los
Judíos una ocupación despreciable, que rebajaba socialmente al que lo ejercía.
Ese oficio aparecía en los escritos rabínicos al lado del jugador de dados, del usurero,
del colector de impuestos, del publicano. Sin embargo, Jesús no rehusó tomar
una imagen del pastor para describir el amor de Dios por sus criaturas.
De ordinario, el pastor cuenta por la tarde las
ovejas de su rebaño para ver si no falta alguna. La cifra '99' significa que el
pastor ha contado sus animales y ha visto que una oveja se ha extraviado. El
pastor tiene 100 ovejas; esto no representa
una riqueza extraordinaria, pero sí un buen capital. Según los escritos
rabínicos, 300 cabezas de ganado menor era un rebaño notable. El pastor de la
parábola cuida personalmente su rebaño.
Lucas
escribe que deja las 99 "en
el desierto"; Mateo
precisa que "en la
montaña". En la práctica,
cuando los pastores pierden una oveja, no abandonan el rebaño sino que lo
encomiendan a algún compañero.
"Y habiéndola encontrado la pone sobre sus
hombros..." Este detalle
falta en Mateo. Es un cuadro que se puede ver cada día. El pastor coloca la
oveja sobre su cuello; con cada mano toma dos patas del animal, y si es posible
sujeta las cuatro patas con una sola mano para tener la otra libre.
"¡Gozoso!" Rasgo importante. La oveja era 'suya, la
había perdido, la ha encontrado y eso le ha causado alegría profunda. El
pastor no puede reprimir su gozo, "y
llegado a casa, llama a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Regocijaos conmigo,
porque he encontrado Mi oveja perdida". Siente necesidad de compartir su alegría con sus
compañeros. Tal vez disfrutarán en común de una buena comida entre pastores.
2.—LA
REALIDAD PRETENDIDA
"Os digo: así habrá alegría en el cielo
sobre un pecador que se convierte más que sobre noventa y nueve que no tienen
necesidad de conversión": Lc
15,7; cfr Mt 18,14.
* El Cielo es
una circunlocución que está en lugar del nombre de Dios. Como el pastor se
regocija por la oveja encontrada y vuelta a casa, así Dios se alegrará más por
un pecador que se arrepiente que por 99 justos que no necesitan convertirse,
esto es: porque no han cometido faltas graves.
*
El futuro "habrá" tiene un sentido escatológico. En el juicio
final. Dios se regocijará cuando entre muchos justos encuentre un despreciado
pecador, criatura suya, sobre quien pueda pronunciar su palabra de
perdón.
Con esta parábola, Jesús defiende su conducta
hacia los pecadores. "Puesto que la misericordia de Dios es tanta que su
suprema alegría consiste en perdonar, mi misión como salvador es arrancar la
presa del poder de Satanás y traer a casa lo perdido. Una vez más, Jesús es el
Representante de Dios".
3.—LA
PERSPECTIVA DE CADA EVANGELISTA
LUCAS. En
el tercer Evangelio, la parábola fue ocasionada por la indignación de Jesús ante
las críticas acerbas de Fariseos y Escribas que murmuraban porque los
publícanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo y él los acogía.
El
Maestro quiere justificar su conducta de misericordia y de perdón, y —dirigiendo
su parábola a sus adversarios— afirma que Dios se alegra más por un pecador que
se convierte que por 99 justos que no necesitan convertirse.
MATEO. El
contexto donde coloca Mateo la parábola de la oveja perdida es diferente. Jesús
se está dirigiendo a sus discípulos, más aún, se dirige a ellos en cuanto
"Jefes de la Comunidad".
En esta perspectiva, se comprende mejor la
conclusión que es diferente a la de Lucas:
"Asi: ¡no es voluntad ante vuestro Padre que
está en los cielos que perezca uno de
estos pequeños!": Mt
18,14.
Si leemos los versículos 10 y 15-17,
inmediatamente anteriores y posteriores a la parábola, llegamos a la
conclusión de que la parábola está dirigida en tono exhortativo a los dirigentes
de la Comunidad, para que ejerzan su oficio de pastores respecto de
los fieles que por algún motivo andan fuera del rebaño.
*Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 86-88 Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011
El énfasis está, no en la alegría de haber
encontrado la oveja (Lc), sino en el empeño persistente por buscarla hasta dar
con ella.
Mateo ha
insertado artificialmente la parábola de la oveja perdida en el gran Discurso a
los Jefes de la Comunidad: Mt 18.
Lucas ha conservado la parábola en una situación que responde más a las circunstancias originales.
*Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 86-88 Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011