INTRODUCCION: LAS PARABOLAS DE VIGILANCIA.
* Jesús debió haber hablado muchas veces y en
diferentes ocasiones sobre la
vigilancia, ya individual, ya
colectiva.
* Durante su oración en Getsemaní insistió a sus
discípulos: "Vigilad y orad para que no vengáis a
tentación...": Mc 14,38; Mt 26,41; Lc 22,46. El motivo de la vigilancia es obvio: Jesús está
librando en estos momentos una batalla interna con las potencias satánicas.
Sufre una prueba mesiánica: apurar, o no, el cáliz de su muerte en favor de la
humanidad. .. Pero ha orado, seguirá orando, y no sucumbirá. Los Apóstoles y
después de ellos todos los discípulos de Jesús se verán expuestos a pruebas, a
tentaciones semejantes. El Maestro ha dado el ejemplo. La oración y la
vigilancia son el secreto del triunfo.
* Pero el tema de "la vigilancia" encontró especial eco e interés en la Iglesia
primitiva, la cual insistió en ella, de diversas maneras, en vista sobre todo
de la Parusía del Señor: cfr 1 Ts 5,1-6.
* Estas tradiciones evangélicas fueron adquiriendo
diferentes formas y se reflejan en los relatos que ahora leemos en los
Evangelios canónicos.
* Es interesante constatar que estos conjuntos
literarios sobre la vigilancia fueron colocados por Marcos y Mateo dentro del
Discurso Escatológico: Mc 13; Mt 24-25; mientras que Lucas prefirió situarlos
después de temas más generales, como el abandono en la Providencia: 12,22-31;
la predilección de Dios por el pequeño rebaño: 12,32; y la exhortación a una
pobreza efectiva: 12,33-34.
1.—LOS
SIERVOS VIGILANTES: Lc 12,35-38.
"Estén ceñidos vuestros lomos y las lámparas
encendidas, y sed como hombres que esperan a que su señor vuelva de la boda,
para que, en cuanto llegue y llame, al instante le abran. Dichosos los siervos
a quienes el Señor, al venir, encuentre despiertos; yo os aseguro que se
ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá. Que
venga en la segunda vigilia, o en la tercera, si los encuentra así, ¡dichosos
ellos!"
Esta parábola, tal como la leemos en Lucas, se
comprende plenamente de Jesús que se ha marchado a las Bodas Mesiánicas y que
regresará para hacer participar a los suyos del Banquete del Reino de Dios. En otro contexto, este texto lucano podría ser
una alusión a la Parusía, pero aquí parece insistir en una espera vigilante,
tal vez prolongada, cosa que acrecienta el mérito.
La parábola dice que el amo podría venir en la
segunda o tercera vigilia nocturna, esto es, entre las 9 de
la noche y las 3 de la mañana. Entretanto, los siervos deben
permanecer vigilantes, con lámparas encendidas y con los pliegues de sus
túnicas acomodados a la cintura para poder desempeñar prontamente el servicio
de la mesa.
¡Felices tales siervos a quienes el Señor
encuentre vigilantes! Hará con ellos una cosa insólita. Se cambiarán los papeles:
él se transformará en su siervo, los sentará a su mesa y él mismo les servirá.
Lo que nadie hace, Jesús lo hizo y lo hará: "Porque, ¿quién es mayor, el que está a la
mesa o el que sirve? ¿No es el que está a la mesa? Pues yo estoy en medio de
vosotros como el que sirve": Lc 22,27.
2.—EL PORTERO EN VELA: Mc 13,34-39.
"Al igual que un hombre que sale de viaje:
deja su casa, da atribuciones a sus siervos, a cada
uno su trabajo, y ordena al portero que vele; velad, por tanto, ya que no
sabéis cuándo regresará el dueño de la casa, si al atardecer, o a media noche,
o al cantar el gallo, o de madrugada. No sea que llegue de improviso y os
encuentre dormidos. Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!"
Marcos ha situado esta parábola en un ambiente
netamente escatológico: se trata del Ultimo Día, que sólo es conocido del
Padre: v. 32.
En tal perspectiva, el hombre dueño de la casa es
Jesús que ha partido. Cada cristiano ha recibido de Jesús una encomienda, y
particularmente al portero le ha encargado velar, pues no sabe en cuál de las
cuatro vigilias nocturnas llegará el amo. Esas vigilias son de 6 de
la tarde a las 9 de la noche; de las 9 a las 12; de las 12 a las 3 de la mañana; de las 3 a las 6 del día.
En la parábola, situada por Marcos en el Sermón
Escatológico, no sería raro encontrar elementos secundarios,
debido a la explicación que la iglesia primitiva hizo a todos los cristianos de las exhortaciones de Jesús a la vigilancia. La última frase es clara a este respecto: "Lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!"
CONSIDERACIONES GENERALES
Como se puede observar, la parábola de Marcos y
de Lucas no es del todo igual. Marcos presenta como personaje principal un
portero que debe estar en vela, pero ofrece también otros servidores con
atribuciones propias. Lucas nada dice del portero y ya sólo habla de siervos
vigilantes.
Posiblemente en el fondo de ambos textos subyace
una parábola primitiva. Esta trataba de un hombre que sale de casa a un
banquete (de bodas). Como la hora del regreso será incierta, encarga al portero
que esté en vela durante las 4
vigilias de la noche para recibirlo en el
momento que toque. ¡Feliz el portero que tal haga!
La Iglesia, en su espera de Cristo que vendrá,
aplicó la parábola a todos los cristianos, mediante adiciones alegorizantes.
El Señor se va de
largo viaje (Mc) y no nada más a un banquete; da a todos sus siervos la orden
de velar (Mt); confiere autoridad y cargos a sus siervos antes de partir (Mc);
la recompensa que da es el propio servicio en su Banquete Mesiánico (Lc).
3.—EL
AVISO DE MATEO: 24,42.
En
el Evangelio de Mateo, la parábola del portero que daba Marcos ha desaparecido
y sólo se ha conservado la ad vertencia sobre la vigilancia para recbir,
despiertos, al amo de casa.
Pero es de notar que Mateo retocó la
perspectiva, introduciendo dos modificaciones:
El
amo es ahora "vuestro
Señor"
y la noche se ha transformado en "El Día" de su venida.
La
interpretación cristológica en Mateo es evidente.
"¡Velad, pues, porque no sabéis qué Día
vendrá vuestro Señor!"
*Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 94-98 Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011
*Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 94-98 Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011