domingo, 4 de marzo de 2018

III. EL AMIGO QUE AYUDA AL AMIGO, AUN A MEDIA NOCHE: Lc 11,5-8.

La parábola de "El amigo que ayuda al amigo, aun cuan­do sea de media noche" ha sido colocada por Lucas en una amplia catequesis sobre la oración: 11,1-13.

Los vv. 1-4 nos ofrecen la recensión lucana del "Padre nuestro"; los vv. 5-8 presentan la parábola que estamos estudiando; y los vv. 9-13 son una exhortación a pedir con constancia.
Este conjunto es artificial y obra del Evangelista. No será, por lo tanto, extraño que el centro de la parábola primi­tiva se haya desplazado.

I.    EL AMIGO BUENO: vv. 5-8.
Ante todo un problema de traducción. Generalmente este trozo no se puntúa como es debido y esto impide una com­prensión exacta de la parábola. La parábola es una larga pre­gunta, introducida por la fórmula "¿Quién entre vosotros...", que exige una respuesta rotundamente negativa: ¡Nadie! ¡De ninguna manera! He aquí la traducción:
"¿Quién hay entre vosotros que, teniendo un amigo que viniera a él a media noche y le dijera: 'Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío me llegó de camino y no tengo qué ofrecerle’9, le respondiera desde dentro: No me molestes: ya la puerta está cerrada y mis niños están conmigo en la cama; no puedo levantarme a dártelos'?": vv. 5-7.
La parábola refleja plásticamente la vida de los palestinenses. La ley de la hospitalidad debe observarse cueste lo que cueste. Tres panes son más que suficientes para un comensal. La casa de una familia pobre consta de una sola pieza, con una casa grande donde se acomoda toda la familia.
Dada la hospitalidad oriental, nadie -así fuera de media noche- se atrevería a negar el servicio solicitado por un amigo que se ve en un aprieto. Ha recibido un huésped en su casa, pues lo debe agasajar.
Pues bien. Si un hombre se sacrifica cuanto puede por hacer un servicio a un amigo que se encuentra en una necesidad, que no hará Dios? Él, en su bondad infinita y en su amor de padre, escuchará la petición del que implo­ra una ayuda y una gracia.
Parece que en la parábola primitiva el personaje principal era el amigo que no puede decir NO a la petición de un amigo.
En el contexto actual de Lucas, el personaje central es el amigo que pide con insistencia, al cual no se le puede negar lo que solicita, aun cuando sea importuno.
En este contexto, se comprende el final con que Lucas cierra la parábola:
"Os digo que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite": v. 8. Hay que pedir, con la seguridad de que recibiremos. Es útil subrayar lo que el texto dice: que "le dará (no lo que ha pedido, sino) cuanto necesite".


2. ¡CUÁNTO MÁS EL PADRE DEL CIELO DARÁ ESPÍRITU SANTO...!: vv. 9-13.
Los logia sobre la oración son una invitación urgente de Jesús para que imploremos del Padre de los Cielos, con filial confianza, cuanto queramos, particularmente si se trata de realidades divinas.
"Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
 ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide pan le da una piedra; o, si un pescado, en vez de pescado le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestro hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo los que se lo pidan'": vv. 9-13.

Mateo ha consignado también estos logia y los ha colocado en el Discurso Evangélico: Mt 7,7-11.
Es interesante constatar como un simple retoque practi­cado por Lucas sobre un texto anterior, ha enriquecido el con­tenido de la instrucción.
Mientras que Mateo escribe: "Si vosotros, siendo malos, sabéis dar dones buenos a vuestros hijos, ¡cuánto más vues­tro Padre que está en los Cielos dará 'cosas buenas' a los que le piden ": v. 11.
Lucas ha interpretado:
"¡Cuánto más el Padre del cielo dará ESPÍRITU SANTO a los que se lo pidan!"
En Mateo, la expresión "cosas buenas" tiene ya un signi­ficado escatológico: se trata de los bienes de la Era Mesiánica: Rm 3,8; 10,15; He 9,11; 10,1. Pero Lucas ha interpretado con hondura entre los bienes escatológicos, el Bien Mesiánico por antonomasia y el Don de Dios por excelen­cia es el ESPÍRITU SANTO.
¡El Padre del cielo no se negará a dar el Don de su Espíritu a todos aquellos que se lo imploren!

Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 167-170  Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011.