La
parábola de "El
amigo que ayuda al amigo, aun cuando sea de media noche" ha sido colocada por Lucas en una amplia
catequesis sobre la oración: 11,1-13.
Los vv. 1-4 nos ofrecen la recensión lucana del "Padre nuestro"; los vv.
5-8 presentan la parábola que estamos estudiando; y los vv. 9-13 son una
exhortación a pedir con constancia.
Este conjunto es artificial y obra del
Evangelista. No será, por lo tanto, extraño que el centro de la parábola primitiva
se haya desplazado.
I. EL AMIGO BUENO: vv. 5-8.
Ante todo un problema de traducción.
Generalmente este trozo no se puntúa como es debido y esto impide una comprensión
exacta de la parábola. La parábola es una larga pregunta, introducida por la
fórmula "¿Quién
entre vosotros...", que exige una respuesta rotundamente negativa: ¡Nadie! ¡De ninguna
manera! He aquí la traducción:
"¿Quién hay entre vosotros que, teniendo un amigo que viniera a
él a media noche y le dijera: 'Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío
me llegó de camino y no tengo qué ofrecerle’9, le respondiera desde
dentro: No me molestes: ya la puerta está cerrada y mis niños están conmigo en
la cama; no puedo levantarme a dártelos'?": vv. 5-7.
La parábola refleja plásticamente la vida
de los palestinenses. La ley de la hospitalidad debe observarse cueste lo que
cueste. Tres panes son más que suficientes para un comensal. La casa de una
familia pobre consta de una sola pieza, con una casa grande donde se acomoda
toda la familia.
Dada la hospitalidad oriental, nadie -así
fuera de media noche- se atrevería a negar el servicio solicitado por un amigo
que se ve en un aprieto. Ha recibido un huésped en su casa, pues lo debe
agasajar.
Pues bien. Si un hombre se sacrifica
cuanto puede por hacer un servicio a un amigo que se encuentra en una
necesidad, que no hará Dios? Él, en su bondad infinita y en su amor de padre,
escuchará la petición del que implora una ayuda y una gracia.
Parece que en la parábola primitiva el
personaje principal era el amigo que no puede decir NO a la petición de un
amigo.
En el contexto actual de Lucas, el personaje central es el amigo que pide con insistencia, al
cual no se le puede negar lo que solicita, aun cuando sea
importuno.
En este contexto, se comprende el final con que Lucas cierra la parábola:
"Os digo que si no se levanta a
dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará
cuanto necesite": v. 8. Hay que pedir, con la seguridad de que recibiremos. Es útil
subrayar lo que el texto dice: que "le dará (no lo que ha pedido, sino) cuanto necesite".
2. ¡CUÁNTO MÁS EL PADRE DEL CIELO DARÁ
ESPÍRITU SANTO...!: vv. 9-13.
Los logia sobre la oración son una
invitación urgente de Jesús para que imploremos del Padre de los Cielos, con
filial confianza, cuanto queramos, particularmente si se trata de realidades
divinas.
"Yo os digo: Pedid y se os dará;
buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y
el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo
le pide pan le da una piedra; o, si un pescado, en vez de pescado le da una
culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues vosotros, siendo
malos, sabéis dar cosas buenas a vuestro hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo
dará el Espíritu Santo los que se lo pidan'": vv. 9-13.
Mateo ha consignado también estos logia y los ha colocado en el
Discurso Evangélico: Mt 7,7-11.
Es interesante constatar como un simple
retoque practicado por Lucas sobre un texto anterior, ha enriquecido el contenido
de la instrucción.
Mientras que Mateo escribe: "Si vosotros, siendo malos, sabéis dar dones buenos a vuestros
hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los Cielos dará 'cosas buenas' a
los que le piden ": v. 11.
Lucas ha interpretado:
"¡Cuánto más el Padre del cielo dará ESPÍRITU SANTO a los que se
lo pidan!"
En Mateo, la expresión "cosas buenas" tiene ya un significado escatológico: se trata de los bienes de la
Era Mesiánica: Rm 3,8; 10,15; He 9,11; 10,1. Pero Lucas ha interpretado con hondura
entre los bienes escatológicos, el Bien Mesiánico por antonomasia y el Don de Dios por excelencia es el ESPÍRITU SANTO.
¡El Padre del cielo no se negará a dar el
Don de su Espíritu a todos aquellos que se lo imploren!
Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 167-170 Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011.
Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 167-170 Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011.