La parábola de "El rico insensato": w. 16-20, ha sido conservada por Lucas y
por el Evangelio de Tomás: 63. Esta coincidencia permite observar que Lucas ha
formado un solo relato con dos piezas de la tradición evangélica: w. 13-15 y
16-20, y lo ha terminado con una conclusión general: v. 21. Esta parábola forma
parte de un conjunto dedicado al recto uso de los bienes de la tierra y al
abandono en la Providencia: Lc 12,13-34.
1.—LA
PARABOLA DE LUCAS: w.
13-21.
Es una parábola moralizante. Los
versículos 13-15 sirven de ocasión a la parábola y constituyen la introducción
a la misma.
"Uno de la gente le dijo: 'Maestro, di a mi hermano que reparta
ta herencia conmigo'. El respondió: '¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o
repartidor entre vosotros?' ": vv. 13-14.
El hecho de que aquel hombre haya acudido
a Jesús denota
el prestigio de que
gozaba ante el pueblo. Sin embargo, Jesús no
quiere entrar en este terreno. Su misión es otra, de orden espiritual,
orientada a los bienes de la vida futura, que son los defiintivos. Por eso responde:
"Mirad
y guardaos de toda codicia porque, aun en la abundancia,
la vida de uno no está
asegurada por sus bienes": v. 15.
Y como ilustración de este principio viene la parábola.
"Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto; y pensaba
entre si, diciendo: '¿Qué haré? pues no tengo donde reunir mi cosecha'. Y dijo:
'Voy a hacer esto: voy a demoler mis graneros y edificaré otros más grandes y
juntaré alli todo mi trigo y mis bienes y diré a mi alma: Alma, tienes muchos
bienes en reserva para muchos años: descansa, come, bebe, banquetea',
Pero Dios le dijo: 4¡Necio!
Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién
serán?' ": w.
16-20.
La lección que brota de esta parábola en Lucas es: el hombre no debe acumular codiciosamente
riquezas en este mundo; su enriquecimiento principal debe ser en otra línea: un
atesorar en las cosas que ven a Dios. Por eso el Evangelista cierra la parábola con una conclusión de moral
práctica:
"Así
es el que atesora para sí mismo
y
no se enriquece en orden a Dios": v. 21.
2.—LA ORIENTACION PRIMITIVA.
Separada de su introducción y de la conclusión moralizante, la
parábola del rico insensato tuvo en su origen "una orientación escatológica",
como otras muchas
parábolas de Jesús.
La crisis se avecina, el Juicio de Dios
está cerca: ¡hay que estar preparados! ¡No hay que ser necios y tontos como
aquel hombre que, enfrascado en sus cosas y contento con sus riquezas, no
atendía al momento trascendental en que se encontraba su vida!
Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 149-150 ISE. México, 1992.
Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 149-150 ISE. México, 1992.