jueves, 30 de agosto de 2018

¡SIERVOS INÚTILES SOMOS!: Lc 17,7-10.


"¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastorean­do y, cuando regresa del campo, le dice: '¿Pasa al momento y ponte a la mesa?1 ¿No le dirá más bien: "Prepárame algo para comer, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebi­do, y después comerás y beberás tú? ¿Acaso tiene que agra­decer al siervo porque hizo lo que le fue mandado?": vv. 7-9.
Esta parábola debió ser dirigida a la multitud entre quie­nes había hacendados que poseían campos, ganados y escla­vos.
Dado que la parábola insiste en la conducta del amo con el esclavo, sería de esperarse que la conclusión tratara de los sentimientos de Dios para con sus siervos. Sin embargo, la parábola procede sin rigidez y la conclusión subraya la acti­tud humilde que el hombre debe guardar hacia Dios:
"De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inúti­les; hemos hecho lo que debíamos hacer"', v. 10.
"Siervos inútiles" no debe tomarse en un sentido abso­luto, ni menos como una sentencia dictada por Dios. Los siervos habían cumplido con su oficio, luego no habían sido inútiles. Pero no deben enorgullecerse de lo que han realiza­do, sino mantenerse en una actitud de humildad, pues "han hecho lo que debían hacer".


Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pag. 121 México, LA CAMPANA1992.IPB 2011