sábado, 15 de septiembre de 2018

EL JUEZ INJUSTO Y LA VIUDA TENAZ: Lc 18,2-8.


La parábola de "El juez injusto y la viuda tenaz' es semejante a la parábola de "el amigo que ayuda al amigo, aun a media noche": Lc 11,5-8.
"Les decía una parábola para inculcarles
que era preciso orar siempre sin desfallecer": v. 1.
En este versículo de introducción, Lucas nos descubre la finalidad que se ha propuesto al transcribir la parábola. Para él la figura principal es la viuda que implora incesantemente.
"Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni res­petaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: “¡Hazme justicia contra mi ad­versario !” Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: 'Aunque no temo a Dios, ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a impor­tunarme' ": v. 2-5.


Al tratarse de un juez que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres, podemos pensar, como lo dirá el v. 6, en un juez que ejercía su oficio a base de injusticias y sobornos. La viuda debía ser una mujer pobre, no necesariamente an­ciana, que quiere defender su herencia contra algún influyente que intenta desposeerla. Ella, siendo pobre, no puede ganarse al juez con dinero y sólo acude a la súplica constante.
Durante mucho tiempo el juez, no viendo ganancias en aquel asunto, no quiso solucionarlo, pero finalmente se de­cide a hacerlo porque la viuda lo tiene ya fastidiado con su pertinacia.
El hecho de que la parábola del amigo: 11,5-8 carezca de aplicación, nos hace pensar que en 18,6-8 nos encontramos con una adición secundaria a la parábola. Esta se puede detectar en la frase redaccional: "Dijo, pues, el Señor".
Más aún, son dos adiciones: 6-8a y 8b, pero adiciones que no son obra de Lucas, sino que él encuentra ya en sus fuentes; en efecto, las expresiones y el estilo acusan un origen palestinense.
La adición 6-8a nos da el sentido de la parábola primi­tiva, en la que el juez (y no la viuda) es el mensaje prin­cipal. Si ese juez, siendo malo e injusto, hizo finalmente justi­cia a la pobre viuda para evitar su persistencia y poder vivir en paz, ¡cuánto más hará Dios!:
Dijo, pues, el Señor : "Oid lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche y les va a hacer esperar? Os digo que les hará justicia pronto" v 6-8

 La segunda adición es un logion lleno de misterio y cargado de tristeza:
"Pero el Hijo del hombre, cuando venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?": v. 8b.
Colocado en este contexto sobre la oración, el sentido podría ser: pero, cuando venga el Hijo del hombre, ¿encon­trará quienes tengan tal fe en Dios que le dirijan sus súplicas insistentes, día y noche?


Considerado independientemente, este dicho es un eco de otras palabras del Señor en que afirma que, en los últimos tiempos, habrá como un olvido de Dios: Lc 17,30, la caridad se enfriará: Mt 24,12, y si Dios no abreviase aquellos días de tribulación, en vista de los elegidos, nadie se salvaría: Mc 13,20.


Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pag. 167-168 México, ISE.MEXICO 1992