Se trata de una pieza conservada en la triple
tradición evangélica: Marcos, Mateo y Lucas.
Es interesante,
en primer lugar, analizar la introducción que cada Evangelista hace a la
parábola. En Marcos, Jesús se presenta como un maestro que quiere encontrar,
con la ayuda de sus
discípulos, algo a que comparar el Reino de Dios: "¿Cómo asemejaremos
el Reino de Dios, o en que parábola lo colocaremos?" En Lucas, Jesús habla en
primera persona singular: "¿A qué es semejante el Reino de Dios y a qué
lo asemejaré?"- En Mateo, finalmente, aparece el Maestro por
excelencia que no pregunta, sino que con autoridad enseña.
MARCOS
Y decía: "¿Cómo asemejaremos el Reino de Dios,
o en qué parábola lo colocaremos? Como a un grano de mostaza que, cuando es
sembrado sobre la tierra, -siendo la menor de las semillas que hay sobre la
tierra- y, cuando se siembra, sube y se hace mayor que todas las hortalizas, y
echa ramas grandes, de modo que pueden, bajo su sombra, las aves del cielo
anidar".
MATEO
Y decía: "El Reino de los Cielos es semejante
a un grano de mostaza que, tomándolo un hombre, lo sembró en su campo, siendo
la menor de todas las semillas; mas cuando crece, es mayor que las hortalizas
y se hace árbol, de modo que van las aves del cielo y anidan en sus
ramas".
LUCAS
Decía, pues: "¿A qué es semejante el Reino
de Dios y a qué lo asemejaré Es semejante a un grano de mostaza que, tomándolo
un hombre, lo echó en su jardín, y creció y se hizo un árbol, y las aves del cielo
anidaron en sus ramas ".
Una
comparación humilde. El
Reino de Dios es semejante a un grano de mostaza. En realidad, la comparación
no es con el grano, la más pequeña de las semillas, sino con el término final
de su desarrollo, cuando transformado en un árbol, puede albergar a las aves
del cielo que vienen a hacer en él su nido.
Los tres Evangelistas difieren en los detalles.
Lucas habla del jardín del sembrador, Mateo se refiere a "su campo"; Marcos se expresa en términos más generales "cuando es sembrado sobre la tierra ".
En seguida, Marcos y Mateo coinciden en calificar
el grano de mostaza como la más pequeña de todas las semillas, pero Marcos
añade: "de las semillas
que hay sobre la tierra".
Mateo y Lucas afirman, hiperbólicamente, que
tanto ha crecido, que se ha convertido en "un árbol". En la realidad, la mostaza es una planta que en
las tierras cálidas y húmedas de las orillas del Lago de Tiberías, alcanza una
altura de 3 a 4 metros.
He aquí el contraste pretendido. El principio y
el fin. La semilla de mostaza, al ser sembrada, es tan pequeña e insignificante,
que apenas se puede percibir; sin embargo, al fin de su desarrollo se convierte
en un árbol.
Así
será del Reino de Dios. A los ojos humanos, e! Reino de Dios que Jesús predica
e implanta tiene orígenes humildes e insignificantes, pero su vitalidad es tal
que crecerá superando toda previsión humana.
La parábola termina con una presentación llena de
poesía. La semilla se ha transformado en un árbol y las aves de cielo vienen a
anidar en sus ramas (Mt-Lc). Marcos presenta otro matiz. Según el, "las aves del cielo pueden venir a anidar - a
su sombra". Es interesante
observar que el verbo "anidar"
tiene como raíz un sustantivo que significa "taber náculo, tienda, morada". Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pág. 49-51 México, LA CAMPANA. IPB 2011