El
Sábado es el día del sepulcro abierto y vacío. Decimos que resucitó el Domingo,
pero hay una consideración teológica muy fuerte; murió, pero fue sepultado,(ahora
nos incineran), y según las mentalidades filosóficas de todos los tiempos, el
hombre no muere del todo.
Según
los egipcios, los muertos eran trasladados a la rivera
occidental del Nilo, porque tenían la conciencia de que el hombre no desaparece
del todo, según los egipcios iban al Valle
de los Reyes.
Según
los filósofos griegos los muertos van al Hades, o
sea el lugar de los muertos. Donde siguen
viviendo con una vida disminuida, pero no
desaparecida.
Según la filosofía judía, los muertos van al Seol, el
lugar de los muertos.
La
filosofía romana (latina), heredada por nosotros, también van al
lugar de los muertos, los inferí,
que hemos traducido por los infiernos,
pero que NO ES el infierno de los condenados.
Jesús
compartió nuestra humanidad, murió, fue sepultado, descendió a los infiernos,
lugar de los muertos. Pero aquí comienza una pregunta de fe. ¿La muerte de
Jesús benefició a millares de seres humanos que estaban en el lugar de los
muertos?...¿Lo entendemos? NO, pero es un dato de la fe.
Pero hay personas buenas y malas. Los buenos se
benefician de la salvación de Jesús.
Los malos no
pueden ser salvados. Pero Jesús les dice: Yo morí por ti, pero tu no aceptaste
la salvación que yo te doy.
La
palabra santos quiere decir que murieron en amistad con Dios y
que esperaban la salvación y la resurrección.
Pero
nadie resucitará para este mundo sino a un mundo en otra dimensión donde está
Jesús y María (dogmas de fe). Sabemos de Jesús y María que han resucitado Jesús
el nuevo Adán, y también la nueva Eva, María, y ambos son padres de la nueva
humanidad
Pero en el caso de Jesús tenemos que poner en
categorías del tiempo humano todos estos sucesos: el Sábado Santo estuvo Jesús
en los infiernos.
Jesús
vive una nueva vida, diferente, gloriosa, que no podemos ver. El Sábado
Santo que comenzó a las 6 p.m. festejamos su resurrección y todo el Domingo porque no sabemos exactamente a
que hora resucitó, por eso lo expresamos en categorías de tiempo y sucesión de
acontecimientos. El sábado con los difuntos, el domingo la resurrección, Cristo
resucita con un alma glorificada y un cuerpo glorificado.
Cuando
se aparecía era el mismo pero de una forma diferente (por eso no lo reconocían)
estaba entrando a la vida de la eternidad.
Este
aspecto del misterio de Jesús lo celebramos 40 días, después el jueves de la
ascensión.
Esta presentación, la anterior y las dos siguientes, forman parte de una plática que el P. Carrillo dio en un Retiro de Semana Santa en el CEFEJ el 15 de abril del 2006.
Esta presentación, la anterior y las dos siguientes, forman parte de una plática que el P. Carrillo dio en un Retiro de Semana Santa en el CEFEJ el 15 de abril del 2006.