Si la parábola de los talentos en Mateo recibió adaptaciones en
función de la perspectiva escatológica, en la parábola de las minas en Lucas
las adiciones cristológicas son más evidentes.
En cuanto a la gramática, el texto de Lucas se desenvuelve duramente,
sin fluidez de estilo; parece estar luchando por combinar relatos que tiene
entre manos para adaptarlos a una tercera situación.
Para comenzar, el v.11 dice:
"Estando la gente
escuchando estas cosas, añadió una parábola, pues estaba él cerca de Jerusalén, y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento a
otro".
Este verso es clave y va a gobernar todo el relato. En la tradición
evangélica de Lucas, Jesús quiere prevenir a los discípulos contra la idea de
la llegada inmediata del Reino de Dios. Se trata evidentemente del establecimiento definitivo del Reino con la Parusia, pues del Reino de Dios traido
por Jesús a
la tierra Lucas mismo había escrito poco antes: "He aqui que el Reino de Dios dentro
de voostros está": 17,21.
"Un hombre noble marchó a un país lejano para recibir la
investidura real y
volverse. Habiendo
llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: 'Negociad hasta
que vuelva'. Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una
embajada que dijese: "¡No queremos que ése reine sobre nosotros!'. Y
sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó
llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo
que había ganado cada uno. Se presentó el primero y dijo: 'Señor, tu mina ha
producido diez minas*. Le respondió: 'Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido
fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades'. Vino el segundo y dijo:
"Tu mina, señor, ha producido cinco minas'. Dijo a éste: 'Ponte tú también
al mando de cinco ciudades'. Vino el otro y dijo: 'Señor, aquí tienes tu mina,
que he tenido guardada en un lienzo; pues tenía miedo de ti, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas
lo que no sembraste'. Dícele: 'Por tu propia boca te juzgo, siervo malo; sabías
que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no
sembré; pues ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses'. Y
dijo a los presentes: 'Quitadle la mina y dádsela al que tiene diez minas'. Dijéronle: 'Señor, tiene ya diez
minas'. 'Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun
lo que tiene se le quitará'. Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron
que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí".
Lucas ha
pintado al
hombre de la parábola, ya no como un simple negociante, sino como un Noble que
ha marchado a una
tierra lejana para recibir el reino
y después regresar. Antes
de partir, llama a 10 siervos y da
a cada uno una mina para
que negocien con ella durante su ausencia. Una
mina equivalente a 100 denarios. Un denario era
el salario mínimo
diario.
La nota cristológica es evidente. Jesús, aclamado Rey por la multitud en su entrada triunfal a Jerusalén: v. 38, ha marchado al cielo —el país lejano— a recibir el Reino de manos de su Padre.
Pero el Judaismo
oficial ha rechazado a Jesús y "no quiere" admitir su reinado. Este dato es ilustrado por los ciudadanos que, odiando al Noble, envían una embajada a las
grandes Autoridades de quien depende el nombramiento con este mensaje:
"¡No queremos que éste reine sobre nosotros!"
Una vez que ha recibido el Reino regresará ya Rey y tendrá que vérselas,
primero con aquellos 10 siervos a
quienes confió una mina, y luego con aquellos ciudadanos enemigos que se
opusieron a su investidura.
Los siervos:
* En la parábola de Mateo eran 3 siervos y
3 siervos dan cuentas a su amo. En la parábola de Lucas eran 10 siervos y sólo 3 rendirán cuentas.
* En Mateo los siervos habian recibido
respectivamente 5 talentos, 2 y 1. En
Lucas cada uno recibió una sola mina.
* En Mateo el primer siervo con 5 talentos
ganó otros 5 y el segundo con 2 ganó otros 2. En Lucas el primer siervo con una
mina ganó 10 más y el segundo con una
mina ganó 5 más.
* En Mateo, el tercer siervo enterró el
talento para no extraviarlo. En Lucas, el tercer siervo envuelve en un paño la
mina, acusando con ello un descuido culpable por exponer la mina a que sea robada.
* A su regreso, el rey ajusta cuentas. Y,
siendo rey, las recompensas son regias. Los siervos buenos serán constituidos
respectivamente sobre 10 ó 5
ciudades. El siervo malo (que se excusa como
el siervo de la parábola de Mateo y que recibe de parte del rey los mismos reproches) se verá privado de la mina. El rey ordena que esa mina sea dada al
que tiene 10; eso
causa extrañeza
a los subditos que objetan: "Señor,
riene 10 minas!" Y él responde: "Os
digo que a todo el que tenga, se le dará; pero al que no tenga, aun lo que
tiene se le quitará". El carácter secundario
de este detalle es obvio: habiendo recibido 10 ciudades como recompensa, ¿qué viene a hacer una mina?
Los compatriotas enemigos:
Mientras que en Mateo el castigo eterno
caía sobre el siervo malo y perezoso, en Lucas son los enemigos del rey quienes
recibirán como pena una muerte inmediata: "Pero a aquellos enemigos míos, los
que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante
de mí": 19,27.
3.—EN
EL ORIGEN DE LAS TRADICIONES
a) Posiblemente Jesús pronunció dos parábolas en diferentes momentos y
con diversas finalidades.
Una de ellas fue
una exhortación contra una seguridad indebida, o sea, una parábola de vigilancia: ¡Estad alerta
porque no sabéis lo que pueda venir y en qué momento pueda suceder! Para ello se sirvió del caso histórico de
Arquelao que hizo un viaje a Roma, el año 4 a. C, para conseguir la ratificación
como Gobernante de Judea a la muerte de Herodes. Según Flavio Josefo, los
judíos enviaron una embajada de 50 hombres a Roma para impedir el nombramiento,
pero no lograron su intento. Y Arquelao, al regresar con su cargo, infligió
una venganza cruel contra sus enemigos.
Otra parábola hablaba de un negociante duro, severo y rapaz, que partió de viaje y
dio a tres siervos 100 denarios para que los trabajaran. (Nótese la diferencia
entre un talento —peso de 34.272 kg.— y una mina que sólo contiene 100
denarios). Dos los trabajaron de manere excelente, pero otro, por temor y por
indolencia, no lo trabajó. Cuando vino el amo recompensó a los primeros y
castigó severamente al tercero. ¿A quién dirigiría Jesús su parábola? Probablemente es una parábola
dirigida a los Jefes religiosos del Pueblo, principalmente a los Escribas
conocedores de las Divinas Escrituras. Habían recibido un oficio de confianza
de parte de Dios. El les tomaría cuenta de la recta administración. ¿Hicieron
fructificar el don que Dios les había concedido o indolentemente lo habían
guardado permaneciendo infructuoso?
b) La Iglesia primitiva pronto hizo la
transposición de la parábola, aplicándola a Jesús que se había marchado al
cielo por largo tiempo, pero que al fin vendría a tomar cuentas de la
administración de los dones que a cada uno ha dado. Es ésta, sobre todo, la
perspectiva de Mateo.
c) En el texto de Lucas parece que se han fusionado las dos parábolas de
que hablábamos antes. Esas parábolas tenían un parentesco entre sí y una vez
fusionadas en una fue aplicada a Jesús-Rey, odiado por sus compatriotas, que
ha ido al cielo a recibir el Reino y vendrá más tarde con doble finalidad:
1° a dar a cada siervo la recompensa o el castigo por la administración de los
dones recibidos;
2° a dar muerte a los que se opusieron a su investidura regia. ¿No se
perciben aquí la destrucción del Templo y la de Jerusalén, que pusieron fin al
Judaismo?
*Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 108-109 Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011
*Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 108-109 Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011