jueves, 3 de agosto de 2017

EL ADMINISTRADOR FIEL Y PRUDENTE: Mt 24,45-51; Lc 12,42-46.

"¿Quién es, pues, el administrador fiel y prudente a quien el señor pondrá al frente de su servidumbre para darles a su tiempo su ración conveniente? Dichoso aquel siervo a quien su señor, cuando llegue, encuentre haciéndolo así. De verdad os digo que le pondrá al frente de toda su hacienda. Pero si aquel siervo se dice en su corazón: Mi señor tarda en venir', y se pone a golpear a los criados y criadas, a comer y a beber y a emborracharse, vendrá el señor de aquel siervo el día que no espera y en el momento que no sabe, le separará y le señalará su suerte entre los infieles": Lc 12,42-46.

UNA PARABOLA EN RELACION CON LA PARUSIA
El Señor de la parábola es el Hijo del hombre que viene como Juez universal a dar a cada uno según el cumplimiento de sus deberes. Ambos textos terminan con una alusión a "la separación definitiva".
Mateo escribe: "... le separará y le señalará su suerte entre los hipócritas; 
                            allí será el llanto y el rechinar de los dientes".
La palabra "hipócrita" es oscura, pero es muy del estilo de Mateo, que la emplea 10 veces. En cuanto a "el llanto y el rechinar de los dientes" es una expresión figurativa que Mateo emplea para referirse al lugar-estado de separación eterna; en otros sitios, esta expresión acompaña a "la tiniebla exterior y al horno del fuego": Mt 8,12; 13,42.50; 22,13; 25,30.
Lucas, por su parte, termina: "... lo separará y le seña­lará su suerte entre los infieles".

La idea teológica es la misma que en Mateo: "la separa­ción definitiva". Pero es interesante observar las diferentes manera de expresarse: Mateo habla a la imaginación oriental, Lucas se dirige a griegos conceptuales.
En Mateo, la parábola parece mirar a cualquier indivi­duo a quien se le ha confiado un cargo. Lucas ha ido más allá en esta misma dirección y aplica la parábola directamen­te a los Apóstoles, en virtud de una pregunta hecha a Jesús por el mismo Pedro: "Señor, ¿dices esta parábola para nos­otros o para todos?" Los dirigentes de las Comunidades cris­tianas tienen una grave responsabilidad y deben cumplir el oficio que el Señor les ha encomendado respecto de los de­más servidores, sin abusar de la autoridad que se les ha dado.
Y siguiendo en la misma línea de las retribuciones, Lu­cas añade a la parábola una conclusión más:
"Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no ha preparado nada ni ha obrado conforme a su vo­luntad, recibirá muchos azotes; el que no la conoce y hace cosas dignas de azotes, recibirá pocos; a quien se le dio mucho se le reclamará mucho; y a quien se confió mucho, se le pedirá más": Lc 12,47-48.

El contexto y el tenor mismo de la parábola nos han pues­to en relación con la Parusía. Dado que Jesús tarda en venir, la Iglesia primitiva exhorta a sus fieles y a sus dirigentes a no desfallecer, a ser vigilantes, a cumplir con el deber. El Señor vendrá un día, cuando menos se le espere, y dará a cada uno su merecido.

¿UNA SITUACION MAS ORIGINAL?
Si fuera lícito imaginar una "situación" más original, a la que Jesús pudo referirse con su parábola, podríamos partir de estos textos:
"¡Ay de vosotros. Escribas y Fariseos, hipócritas, que ce­rráis a los hombres el Reino de los Cielos! Vosotros cier­tamente no entráis; y a los que están entrando no les de­jáis entrar": Mt 23,13.
" ¡Ay de vosotros, los Legistas, que os habéis llevado la llave de la ciencia! No entrasteis vosotros, y a los que querían entrar se lo habéis impedido": Lc 11,52.
Pues bien, Jesús pudo dirigir su parábola a los Jefes re­ligiosos del Judaismo: Escribas, Fariseos, etc., a quienes Dios había confiado "las llaves de la ciencia" (Lc) o del Reino de los Cielos (Mt), y ni entraban ellos, ni permitían que los demás entraran. ¡Atención! Viene pronto el día en que Dios os pedirá cuentas. ¡Cumplid a conciencia con vuestro oficio, sin abusar de él!



La Iglesia primitiva desplazó este primer sentido y, agre­gando una alusión a la suerte definitiva, aplicó la parábola a todo cristiano que tiene un cargo, principalmente a las auto­ridades del Nuevo Pueblo de Dios.

*Salvador Carrillo Alday M.Sp.S. LAS PARÁBOLAS DEL EVANGELIO. pags. 94-98 Instituto de Pastoral Biblica. México, 2011